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Rectas duras y pegadas

Rectas duras y pegadas

El baloncesto dominicano reverdece…. una luz esperanzadora se percibe en el camino, se advierte la renovación inminente, la sangre joven, fuerza y mentalidad ágil y disponible acorde con los nuevos tiempos hace su arribo.

El tiempo cierra ciclos, cansa hombres y envejece ideas y propósitos lo que hace necesario un cambio, una adecuación total para evitar que el desgaste de un tiempo prolongado al mando de un organismo, en última instancia, perjudique a la mayoría.

La grandeza de los hombres está en aceptar a tiempo que ya no son capaces de aportar, pero estar disponibles para abrir espacio al inminente relevo generacional para que asuma y cumpla su rol y asuma su responsabilidad histórica.

La verdad es que 12 años han sido más que suficientes para el ingeniero Frank Herasme al frente de la Federación Dominicana de Baloncesto, con sus aciertos y sus errores. La dialéctica no es controlada ni detenida por mortales, ya era tiempo de que la Fedombal mostrara una revitalización en términos dirigencial, justificada y condicionada más por el tiempo, de tecnología y globalización.

La historia es la que debe juzgar, evaluar y valorar cuanto se haya hecho en el baloncesto nacional durante el período de Herasme, ahora lo que importa es la llegada de sangre nueva, de propuestas frescas, de intenciones e impulsos vigorosos para encausar la actividad por mejores senderos.

Creo firmemente que con la llegada del ingeniero Rafael Uribe nuestro baloncesto está en buenas manos, y que se beneficia en lo inmediato porque es una persona que ha demostrado probidad, disposición y sobre todo visión de qué se necesita para realizar una reingeniería en el organismo rector del baloncesto nacional.

Uribe, que actualmente preside la Comisión Internacional de Minibaloncesto de Las Américas, ha visitado cada rincón del país en donde se práctica baloncesto, lo que le permite tener una radiografía de la condición en que se encuentra para planificar y ejecutar los correctivos necesarios con equidad.

No faltarán voces que vean en Uribe más de lo mismo, pero no importa, son siempre incapaces de aportar soluciones ni de asumir responsabilidades dentro de la entidad, porque es más cómodo criticar de afuera que trabajar día y noche en favor de la disciplina deportiva.

El baloncesto gana con la llegada de Uribe y el equipo de hombres que lo acompañarán en esta ardua y tenaz tarea, con el compromiso de cumplir con el deber y la responsabilidad asumida de inmediato, porque no hay tiempo que perder.

El Nacional

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