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Rectas duras y pegadas

Rectas duras y pegadas

Las mentalidades retrógradas siempre harán acto de presencia en todos los procesos de la sociedad, y el deporte jamás estará ajeno.

Ya hay evidencias de gente cabildeando y buscando “nadar en río revuelto” en la Federación Dominicana de Baloncesto, Fedombal, luego del proceso que llevó a la presidencia al ingeniero Rafael Uribe.

Son los mismos de siempre, los que cuestionan todo, los que no encuentran nada bien pero que manejan el sentido de la oportunidad con maestría.

Ahora el cuestionamiento es que si Uribe es más de lo mismo, en franca referencia a que será un presidente “títere” del saliente Frank Herasme.

La realidad es que el nuevo Comité Ejecutivo de la Fedombal debe aprender de los errores y enmendarlos, dejar atrás métodos de trabajo obsoletos y actitudes prepotentes que en nada beneficia la armonía de la familia del baloncesto.

Bastante trabajo pendiente y por delante tiene la federación para distraerse apenas comenzando un nuevo período, pero si existe una verdadera voluntad de darle de frente a los problemas fundamentales que ha confrontado el organismo en el pasado reciente.

Ahora lo que importa es lo que más le conviene al baloncesto nacional y no lo que le conviene a un grupito. Definir roles y la política a seguir y quiénes son las personas idóneas y los métodos para asumir ese rol de vital importancia para el presente y futuro de la disciplina.

Soy de los que estará vigilante de las ejecutorias del nuevo ejecutivo porque está llamado a cumplir con la responsabilidad histórica que se le brinda, porque no habrá excusa si en lo adelante la práctica demuestra que es “más de lo mismo”.

La regulación de los torneos superiores, la liga Nacional de Baloncesto y el futuro inmediato de la selección nacional de adultos son algunos de los puntos de agenda a tratar en lo inmediato por Uribe y sus acompañantes para buscarles respuestas.

La austeridad es otro punto a tomar en cuenta por los nuevos “jefes” de la Fedombal, porque el turismo deportivo cuando se presenta la oportunidad de la participación dominicana en certámenes internacionales es inadmisible.

Que los intereses ni lo comercial sea lo que incline la balanza a la hora de tomar una decisión con relación al manejo del equipo nacional masculino, y sobre todo, que se reivindique la capacidad y el talento del entrenador nacional, despreciado y disminuido su papel en la selección para darle preferencias a los extranjeros.

Sepan que no están solos, los estamos mirando.

El Nacional

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