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Rectas duras y pegadas

Rectas duras y pegadas

En estos tiempos que la sociedad dominicana atraviesa y sufre los efectos de un avanzado deterioro, una inversión de valores alarmante, los clubes deportivos

y culturales deben retomar el rol que desempeñaron en otros tiempos.

No sólo es integrar a los niños y jóvenes a la práctica deportiva, el momento demanda mucho más de ahí para aportar en la lucha contra la delincuencia galopante que a diario llena de dolor, angustia y profunda pena a la familia malogrando vidas útiles.

En momento que el Estado desarrolla un ambicioso programa de remodelación y construcción de polideportivos, es propicia la ocasión para que los dirigentes de los clubes asuman el rol que le corresponde en este contexto.

Organizaciones emblemáticas del Distrito Nacional y la provincia de Santo Domingo tales como San Lázaro, Mauricio Báez, San Carlos, Villa Francisca, Club La Fe, Los Mina y Bameso podrán exhibir próximamente totalmente remozada sus respectivas plantas físicas, pero están en el deber de asumir con mayor entereza y responsabilidad su compromiso en el aspecto comunitario.

Los mauricianos, por ejemplo, que durante casi cinco décadas de existencia han logrado importantes conquistas como las edificaciones que en conjunto conforman la Plaza Cultural, compuesta por un moderno auditorio, dispensario médico, biblioteca, una escuela y un liceo, han tenido que constituir una fundación para poder manejarla independiente de las operaciones del club.

Están conscientes que una cosa es el club y otra la plaza; en la plaza están expresidentes-asesores como Nelly Manuel Doñé, Leo Corporán y Gerardo Suero Correa, así como dirigentes de la talla del licenciado Federico Lalane José, Tomás Polanco. Eva Hiraldo y l empresarios como Junior Brea, mientras que en el club comanda Saturnino Martínez acompañado de Julio King Domínguez, José -Boyón- Domínguez, quienes son  s asesorados por  Leo Corporán y Nelly Manuel Doñé, entre otros valiosos dirigentes.

 Son ejemplo a seguir para las demás entidades porque la fundación se preocupa por darle seguimiento con celo a la educación que se imparte en los dos planteles, de brindarle las facilidades necesarias a los estudiantes en la biblioteca y atención médica a los miembros de la comunidad que la requieran.

Mientras el club trabaja día y noche en la formación de nuevos valores para el baloncesto, principal disciplina de la entidad, ciclismo y atletismo.

Con un grupo de hombres y mujeres empujando juntos por un mismo objetivo se crean los mecanismos efectivos para enfrentar la delincuencia juvenil y la drogadicción, los dos principales males que amenazan los barrios.

Los clubes deben mostrarle a la sociedad que no todo está perdido… manos a la obra.

El Nacional

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