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Rectas duras y pegadas

<P>Rectas duras y pegadas</P>

El resonante, sorprendente y contundente triunfo del equipo dominicano en el recién pasado Clásico Mundial de Béisbol ha desatado reacciones diversas en los diferentes segmentos de la sociedad dominicana, pero todas coinciden en el júbilo.

La reivindicación del potencial que como productor de peloteros de primer nivel tiene el país, sobre todo cobrarle la cuenta por pagar a Holanda, así como obtener la corona de manera invicta, reprodujo algarabía en el sentir del pueblo dominicano.

Ahora bien, “una cosa es una cosa y otra la otra”, por qué pretender exagerar la nota con propuestas para con los integrantes del equipo no es correcto, las emociones son eso, emociones, y por ende deben controlarse porque en la vida todo toma su nivel, su cauce normal.

Que el mismo Congreso que aprobó el contrato de la Barrick Gold sin leerlo los declare “hijos  meritorios” o que el Gobierno los condecore con una de las órdenes disponibles es entendible y merecido, acorde con la epopeya consumada en el Clásico.

Pero de ahí a dejarse llevar de las emociones para orquestar una campaña tendente a que el Estado se embarque en estos momentos en un ambicioso proyecto como sería la construcción de un moderno estadio de béisbol, con el marcado fin de buscar una sede para el próximo clásico a celebrarse en 2017 no se compadece con la realidad socio económica que vive el país.

Es cierto que cada vez que se pretende traer juegos de la pretemporada de las Grandes Ligas o de este tipo de eventos como el clásico, la oficina de Major League Baseball reitera lo mismo, que el estadio Quisqueya no reúne las condiciones necesarias y exigidas para tales fines.

Sin embargo, debo ser coherente porque he sido un defensor del parque ubicado en el ensanche La Fe, que forma parte de un modelo arquitectónico de una época que debemos preservar y no caer en el error en que se cayó con el antiguo hotel Jaragua, que por intereses se borró la historia.

Ahora bien, si se necesita y se pretende hacer un nuevo estadio, el que no veo con malos ojos, por qué el sector privado no se decide a poner en marcha ese proyecto, en el que incluso puede involucrar a los peloteros que mayor cantidad de dinero han ganado en la Gran Carpa, y de esa manera se deja fuera al Estado para que se enfoque en otros aspectos más prioritarios.

Los males que aquejan la población son constantes y el Clásico es cada cuatro años.   

El Nacional

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