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Rectas duras y pegadas

Rectas duras y pegadas

La forma como se maneja el asunto del uso de sustancias prohibidas en el béisbol de Grandes Ligas en los actuales momentos, más que aportar a la limpieza del juego bien podría caer en el descrédito.

La Major League Baseball está en el deber de investigar y darle seguimiento a los casos detectados de peloteros que han usado esteroides para mejorar su rendimiento, aplicar las sanciones correspondientes y crear conciencia del daño que causa la utilización de estas sustancias.

Sin embargo, no puede perder su objetivo y comenzar a dar “palos a ciegas”, revelando nombres de jugadores de manera irresponsable sin que haya prueba que los vincule a la utilización de anabólicos.

Los dos casos más sonados y notables son los de Barry Bonds y Roger Clemens, a quienes se les condenó pública y moralmente y hasta el momento no hay manera de presentar las pruebas que definitivamente los condene.

Ya un tribunal norteamericano descargó a Clemens y el caso de Bonds ha caído en un limbo que ni se menciona, lo que propina un rudo golpe a la lucha de traspartentar cada vez más el béisbol y sus protagonistas.

Todo esto viene al caso por la deliberada intención de vincular al intermedista dominicano Robinson Canó al uso de este tipo de sustancias, uno de los peloteros mejores valorados dentro y fuera del terreno de juego por su buen proceder.

El hecho que el nombre de la vocero de la fundación de Canó, Sonia Cruz, haya aparecido en una lista de la clínica Biogénesis en Miami, dicho sea de paso con una deuda de US300.00 por la compra de sustancias para la pérdida de peso, en nada relaciona al jugador de San Pedro de Macorís con el uso de esteroides.

Pero los medios especializados en béisbol de Estados Unidos han explotado el tema como si fuera el nombre de Canó que se hallara en la lista de la citada clínica, lo que sin dudas, tiene una clara lectura desde mi óptica.

Robinson está a la puerta de uno de los más grandes contratos de la historia de más de 100 años del béisbol, y los Yanquis tendrán que hablar en muchos idiomas para satisfacer la gran cotización que en el mercado tiene el dominicano al día de hoy.

Saben bien que para comenzar a negociar con Canó tendrán que arrancar la puja sobre los 200 millones de dólares, y si lo vinculan al uso de esteroides se depreciará su valor… tan simple como eso.

El Nacional

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