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Rectas duras y pegadas

Rectas duras y pegadas

No es posible dejar pasar por alto cuando de mancillar la dignidad de nuestra nacionalidad se trata. Bajo ningún concepto podemos permitirlo sin importar el escenario ni el protagonista que genera tan vil atrevimiento.

Por eso repudio en toda su extensión la intención mal sana, atrevida y abusiva del columnista del diario norteamericano Boston Globe, Dan Shaughnessy, quien en su afán desmedido de denostar el buen comienzo de temporada que experimenta el veterano toletero David Ortiz, ofende la dominicanidad insinuando que la trampa es algo inherente a nuestra nacionalidad.

Sus destempladas afirmaciones irónicamente se producen en el momento en que el Big Papi se encontraba tejiendo una racha de partidos consecutivos conectando de hit, la que se detuvo en 27 y el mismo jugador confirmó por su cuenta de Twitter (@davidortiz que esa presión le afectó: “Fin de mi racha de bateo, pero la temporada sigue. Espero que Dan Shaugnessy sea un hombre feliz ahora. No más .426, disfruta eso”.

 Mister Shaughnessy llegó al extremo de escribir que “David encaja en todos los modelos. Es de la República Dominicana, es un jugador más viejo y los peloteros más viejos no mejoran con el tiempo. Ha tenido lesiones consistentes con el uso de esteroides y apareció en la lista del 2003. Realmente encaja en todas las fórmulas”.

 El hecho de varios jugadores dominicanos hayan dado positivo de uso de sustancias prohibida no quiere decir que todos sean tramposos, porque si fuera así entonces los norteamericanos encabezarían ese negativo escalafón y el columnista, con toda la intención, lo ignora.

A todas luces es un hecho discriminatorio muy selectivo y con el marcado propósito de, no sólo dañar la bien ganada imagen de Ortiz, sino de echar lodo al talento nacional que en base a su extraordinario desempeño desplaza de los primeros planos a los norteamericanos.

Este inefable  personaje no perdona que los mejores salarios de la historia sean encabezados por jugadores hijos de esta media isla, que en cada temporada haya un incremento de dominicanos en las nóminas de los equipos, y que lideren los principales departamentos de ofensiva y pitcheo.

Se equivocó Shaughnessy con sus insinuaciones irrespetuosas y desconsideradas, que lo único que hacen es describirlo de cuerpo entero como un resentido irresponsable que no tolera el éxito ajeno y lo ejerce persiguiendo jugadores como David.

Desde este espacio, mi espacio, asumo la responsabilidad de declarar “no grato” a este columnista norteamericano para que aprenda y respete la dominicanidad.

El Nacional

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