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Rectas duras y pegadas

Rectas duras y pegadas

Concluyó el anunciado IV Congreso Nacional Enrique Ripley Marín organizado por la Federación Dominicana de Baloncesto, y al salir del auditorium del club Mauricio Báez se pudo percibir un as de luz en el camino.

Lo digo porque entiendo que el logro fundamental de esa actividad lo representa el adelanto de las elecciones para el mes de marzo, una sabia pero tardía decisión del ingeniero Frank Herasme, quien hace rato se hacía el sordo ante su evidente desgaste en el poder propio del continuismo.

El pasado fin de semana, con esa decisión, se abrió una brecha que pueden asegurar redundará en beneficio del deporte del aro y el balón, porque lamentablemente hay que concluir que ya Herasme no tiene nada más que aportar y la llegada de sangre nueva a la dirección de la Fedombal, con visión puesta en los “nuevos tiempos”, será capaz de poner nuevamente en el carril el vagón de nuestro baloncesto con la mira puesta en el avance, hacia delante.

No es cuestión de reunirse, aglutinar en un lugar a un grupo de personas para “teorizar” ahora, sobre aspectos que debieron tratarse e implementarse hace rato y que por incapacidad y dejadez no se ha hecho.

La falta de un proyecto, de un programa real y efectivo a nivel nacional tendente a masificar la disciplina, de la mano de la improvisación, palos a ciegas en el manejo de nuestras selecciones de adultos, forman parte de los factores que han incidido en el desastre de la actividad en todos los niveles.

No se puede tapar el sol con un dedo, el panorama del basket nacional es sombrío hace mucho tiempo, con algunos destellos positivos producto de la venta de sueños al país tomando la selección masculina superior, con sus NBA y entrenadores foráneos, como punta de lanza.

No es cuestión de congresos sino de trabajo, de volver a sembrar de sueños cada rincón del país con torneos nacionales en las categorías menores, base esencial del futuro de la actividad; capacitación de los entrenadores nacionales, a quienes se han relegado a un último plano, árbitros y técnicos… provocar una reingeniería total, sin retórica ni demagogia.

Que el trabajo sea el punto principal de la agenda de quienes tendrán la responsabilidad de tomarle la batuta a Herasme a partir de marzo, que destierren de una vez y por todas a quienes siempre gravitan en esas esferas como los “sabelotodo”, que tanto daño han sembrado con sus prejuicios.

Ante tal situación evoco que “nunca es más tarde que cuando va a amanecer”… Nuestro baloncesto es digno de mejor suerte.

El Nacional

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