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Rectas duras y pegadas

Rectas duras y pegadas

La situación por la que atraviesa el polideportivo del club deportivo y cultural San Carlos da pena y vergüenza.

Más de tres años lleva a la espera de que el Estado erogue los fondos que permita la conclusión de los trabajos de remodelación, que se encuentran en fase de terminación en un 80 por ciento.

El presidente de la entidad Francisco Méndez y su principal asesor, el ingeniero Pedro Pablo Díaz, ya no saben que hacer ni a dónde acudir para que terminen los trabajos luego de solicitarle públicamente al presidente de la Republica, licenciado Danilo Medina, y hasta el momento no han recibido ninguna respuesta.

Estamos hablando del club más exitoso del baloncesto superior del Distrito Nacional y enclavado en la populosa barriada del mismo nombre, que necesita urgentemente de sus instalaciones para ponerlo al servicio de la niñez y la juventud, amenazada por la delincuencia y los vicios.

El bajo techo de los sancarleños podría ser utilizado, además de las actividades deportivas, como un centro de enseñanza correspondiente al programa nacional de alfabetización que ejecuta el actual Gobierno.

Es lamentable y avergüenza que un club de la trayectoria de San Carlos tenga que realizar sus entrenamientos de los equipos de las diferentes categorías en clubes hermanos como Villa Francisca, para poder participar en los torneos que organiza la Asociación de Baloncesto del Distrito Nacional y así mantener su membresía.

Una organización forjada y mantenida con el sacrificio de hombres de la talla de Nelson Ramírez, Pedro Pablo, Sergio Abreu, Eurípides Pichardo, Luis Suero, entre muchos otros, no merece ser ignorada por el Gobierno ni por una gestión del Ministerio de Deportes que parece importarle poco o nada la situación de abandono en que se encuentra.

Creo justo y necesario que el movimiento clubístico se reactive para unido reclamar su espacio en la sociedad dominicana, que retome su función de instrumento que luche por un mejor funcionamiento de las entidades deportivas y culturales.

San Carlos, que se fundó el 27 de octubre de 1973 producto de la fusión de los clubes Gaspar Hernández y Manuel de Jesús Henríquez, no merece seguir mendigando la terminación de la reparación de sus instalaciones, porque con sus aportes se ha ganado un espacio en la sociedad dominicana.

Desde este mi espacio me uno al clamor de los amigos sancarleños para que el Presidente Medina ordene la inmediata terminación de los trabajos, para que antes de terminar el año se reactiven sus actividades y se pongan al servicio de una comunidad que tanto lo necesita.

El Nacional

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