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Rectas duras y pegadas

Rectas duras y pegadas

El ejercicio periodístico, bajo ningún concepto, debe mediatizarse ni por amiguismo, simpatías o intereses pecuniarios. El sonado caso de la clínica Biogénesis ha provocado una serie de reacciones de periodistas, peloteros, activos y retirados, y de fanáticos, una especie de “buscarle la quinta pata al gato”, desarrollando tesis y teorías según el cristal de dónde están mirando los acontecimientos.

El hecho que la mayoría de los sancionados son dominicanos ha provocado una solidaridad patriótica inusual, sin importar la gravedad de las infracciones y que los protagonistas admitieron el uso de sustancias controladas.

En una entrega anterior expliqué la capacidad de engaño que desarrollamos en cualquier estamento, y que nos vanagloriamos de las capacidades de “tigueraje” instaladas para ponerla en práctica con tal de sacarle provecho sin medir las consecuencias.

Ahora se escuchan voces justificando lo injustificable como que en el caso que afecta a Alex Rodríguez y otros ocho jugadores dominicanos se hizo una caza de bruja selectiva, en vez de sentir vergüenza que no hay un escándalo de un hecho engañoso que se presente en las Grandes Ligas, en el que no esté envuelto uno de los nuestros.

Pero y por qué en vez de querer presentar como una persecución en contra de nuestros peloteros, inmortales como Ricardo Jacobo Carty no se sacrifica y planifica conversaciones y charlas, formales e informales, para concientizar sobre las consecuencias negativas que produce el uso de esteroides y las violaciones de las normas establecidas por la Major League Baseball.

El sol es inmenso para pretender taparlo con un dedo, la verdad es que si descubren uso de bates alterados con corcho, actas de nacimientos adulteradas y muestras positivas en exámenes de sustancias prohibidas aparecen dominicanos en rol protagónico.

Y pongo como ejemplo el caso de Miguel Tejada, en su momento mal denominado como “El Pelotero de la Patria”, quien desde siempre ha cometido errores reprochables pero que por fanatismo se olvidan y se perdonan.

Tejada, que fue el último de los suspendidos por 105 partidos por dar positivo en tres muestras de uso de anfetamina, es el mismo que firmó con una declaración de nacimiento adulterada, dos años más joven, el que fue señalado en el informe Mitchell, el que pidió perdón por cometer perjurio, el mismo que en una serie final en la pelota nuestra fue expulsado por uso de bate ilegal y para colmo se le vincula como inversionista de los Gigantes del Nordeste al tiempo de estar activo como jugador con otro equipo.

Es duro escribirlo y reconocerlo pero es la pura y dura realidad

El Nacional

La Voz de Todos