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Rectas duras y pegadas

Rectas duras y pegadas

Cuando el trabajo transciende en el espacio y en el tiempo, no se puede dejar pasar por alto.  El club deportivo y cultural Mauricio Báez arriba a sus primeros 50 años de existencia el próximo 11 de este mes, motivo de peso para dedicarle mi escrito sabatino.

La entidad enclavada en la populosa barriada de Villa Juana se deriva de la Asociación de Jóvenes Amantes del Deporte y la Cultura, por la visión y decisión firme de un grupo de sus miembros que entendió de manera visionaria que la necesidad del momento de cara al futuro lo encarnaba un club deportivo y cultural… el tiempo le ha dado la razón de sobra.

El Mauricio de hoy es una entidad modelo a seguir en la sociedad dominicana, porque su trabajo y sacrificio permanente a través de estas cinco décadas así lo confirman, traspasando los linderos de la práctica deportiva para abrazar con el mismo fervor la educación primaria, intermedia y secundaria, la salud con su eficiente dispensario médico, la cultura con su escuela de música, ballet, teatro y danza.

Parió la fundación del mismo nombre que se encarga del manejo del complejo modelo Plaza Cultural, que exhibe con orgullo una biblioteca de cuatro niveles al servicio de la comunidad y zonas aledañas, un moderno auditorio que sirve de hábitat a un grupo de jóvenes ejemplares que se prepara y pone su talento al servicio de la entidad en el área audiovisual.

La seriedad de un trabajo constante, de cara a los mejores valores, le ha permitido ganarse el respeto y la admiración de la sociedad dominicana que aprecia sus incalculables aportes en el combate del flagelo de las drogas y la delincuencia que afectan directamente un enorme segmento de nuestra juventud.

La mejor muestra de retroalimentación que reciben los mauricianos, como aprobación a sus positivas ejecutorias, lo representa su tradicional desayuno en la cancha bajo techo que se transforma en espacio aglutinador de personalidades de diferentes credos; políticos, militares, empresarios, sociedad civil y religiosos.

Siempre es propicia la ocasión para recordar a los forjadores de aquel sueño, idos y presentes, desde Julio Anibal Pozo Méndez, Yuyo, y Héctor Gómez, el doctor Max Rojas, Thelma Guerra  hasta Danilo Aquino Ibe, Nelly Manuel Doñé, Nelly Pozo, Leo Corporán, entre muchos otros valiosos deportistas.

Me llena de regocijo la resolución de la Cámara de Diputados que reconoce los aportes del club y de Corporán durante estos 50 años.

Y yo me siento orgulloso de ser un hijo de esa organización… mauriciano hasta la tambora.

El Nacional

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