He seguido con mucha atención los múltiples escritos que sobre la Guerra de Abril de 1965, han publicado diversas personas, periodistas, participantes en esa gesta y allegados a los actores de la misma.
He notado con profundo malestar, que una gran parte de los escritos se refieren al coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, al profesor Juan Bosch, a quien la gesta patriótica trataba de restablecer en el poder; al coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez, el eje militar de ese hecho y a otros destacados protagonistas.
Muy pocos de los escritos se refieren al doctor José Francisco Peña Gómez, a quien considero el motor de la gesta patriótica de 1965, debido a que fue el principal personaje político de la misma.
Sin la participación del doctor José Francisco Peña Gómez, la Guerra de Abril probablemente jamás se hubiese producido, ya que la alocución del líder perredeista fue la chispa fundamental que ese sábado encendió la antorcha de la libertad, al anunciar a través del programa radial Tribuna Democrática, que el doctor Donald J. Reid Cabral había sido depuesto.
El doctor Peña Gómez llamó al pueblo a tirarse a las calles, en señal de respaldo a los militares constitucionalistas con quienes había estado coordinando desde hacía dos años las acciones llevadas a cabo ese memorable día.
No sólo el doctor Peña Gómez ha sido excluido de los acontecimientos heroicos de 1965, sino también otros actores de primer orden como los militares Hernando Ramírez, Mario Peña Taveras, Héctor Lachapelle Díaz, Nelson William Méndez Batista, y otros que jamás han reclamado el protagonismo que le corresponde..
Fueron muchos los dominicanos que se enfrentaron a las tropas de infantería de la 82 División Aerotransportada de los Estados Unidos, que partió Santo Domingo en dos, desde el aeropuerto de Las Américas hasta el hotel El Embajador, para evitar el avance de los revolucionarios.
Hoy nadie menciona a combatientes como Luis Matos, mecánico nativo de Barahona, que revestía los jeeps con planchuelas de acero, para convertirlos en carros de asalto, y que tan buenos resultados arrojaron.
Muy pocos recuerdan a Rafael Pérez Guillén, Homero Hernández, y a Tony Echavarría, (Cambumbo), un destacado artista homosexual que se batió como una fiera frente al invasor.
Ojalá que la exclusión del doctor Peña Gómez, como protagonista de primer orden en la Guerra de Abril de 1965, haya sido una infeliz coincidencia fruto de nuestra incontinencia mental, porque no creo que la mezquindad contra el líder perredeista llegue tan lejos.
