Recientemente fue publicada la noticia de que el informe de la Cámara de Cuentas con relación a la gestión gubernamental del año 2012 arrojó el resultado de que el gobierno gastó RD$200,000 millones de pesos sin que exista el debido soporte documental, requisito exigido conforme a las prácticas contables y financieras. Por mandato constitucional, el informe de la Cámara de Cuentas es remitido al Congreso Nacional, para fines de su revisión, discusión, aprobación o rechazo.
En los gobiernos del PLD, ha sido una tradición aprobar estos informes, como si fuese un sello gomígrafo, sin mayor discusión. En realidad, la concentración del poder que tiene el PLD sobre todos los Poderes del Estado ha tenido como consecuencia el debilitamiento de las instituciones democráticas. En consecuencia, se ha perdido el poder de fiscalización.
Si estuviésemos en una democracia fuerte, en la que predominara la rendición de cuentas, lo correcto es que el Congreso hubiese abierto una investigación sobre el referido Informe. Pero, no hay esperanza de que esto ocurra. De hecho, algunos pretender promover la destitución de algunos miembros de la Cámara de Cuentas que responsablemente suscribieron ese Informe.
Hay que recordar que este es el Congreso de la Sun Land, que olímpicamente la mayoría del PLD permitió que el gobierno obtuviera un préstamo sin la aprobación del Congreso, y no pasó absolutamente nada, a pesar de que, desde la oposición, denunciamos y accionamos legalmente. Este es el Congreso que aprueba reformas tributarias y presupuestos, sin revisarlos. Y lo más grave, la mayoría del PLD aprueba préstamos, incrementando la deuda pública, sin ningún tipo de rubor. No hay transparencia.
Es hora de recuperar el contrapeso para beneficio de la democracia dominicana. La oposición firme y útil es fundamental frente a los desmanes y abusos que se generan desde el poder, de manera particular frente a aquellos que hoy controlan todos los poderes del Estado.
