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Refundar Haití parece resulta un difícil reto

Refundar Haití parece resulta un difícil reto

  PARIS.  AFP.  En Haití, donde los problemas de urgencia aún no están resueltos tras el sismo que devastó el país el 12 de enero, la reconstrucción se anuncia sumamente difícil, dados los numerosos actores y la fragilidad del Estado, lo que hace temer un rotundo fracaso y el gasto en vano de miles de millones de dólares.

 “No se trata sólo de reconstruir, se trata de un proyecto de refundación, y esto no puede hacerse sin que el Estado recupere un mímino de autoridad”, declaró en París Didier Le Bret, embajador de Francia en Haití.

 El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha evaluado en 14.000 millones de dólares el monto para la reconstrucción de los daños materiales causados por el terremoto, que causó la muerte de más de 200.000 personas.

 La ONU lanzó una colecta de fondos de 1.400 millones de dólares para 2010.

 Cuando falta un mes para la conferencia ministerial prevista el 31 de marzo en la sede de Naciones Unidas en Nueva York, el mecanismo para administrar esta ayuda es el problema clave. Por el lado de los donadores, se espera la creación de un fondo fiduciario, pero “del lado haitiano hace falta un solo interlocutor”, estima una fuente diplomática francesa.

 Ex consejero especial para Haití del secretario general de la ONU Ban Ki-Moon, el británico Paul Collier explicó a la AFP que él considera que hay dos prioridades: “una autoridad central que agrupe las instancias de toma de dicisiones internacionales y haitianas, y una nueva manera de gastar el dinero para los servicios básicos”.

 “Cada parte propone coordinar, nadie quiere ser coordinado”, lamentó Collier a fines de enero en las páginas del Financial Times. Su propuesta es un “Fondo haitiano” único, administrado conjuntamente por el gobierno haitiano y por unos pocos actores esenciales para aplicar “una estrategia de transformación”.

 En Haití, las ONG han multiplicado los proyectos sin visión de conjunto. Es por ello que Collier propone que los fondos donados sean distribuidos por una agencia gubernamental encargada de las ONG, que daría el visto bueno del Estado a los proyectos y les impondría criterios de rendimiento.

 “No pedimos que el dinero sea administrado por el gobierno (…) sino controlar lo que se va a hacer con él”, afirma el primer ministro Jean-Max Bellerive.

 Entre tanto, aunque el Estado, los donadores privados y las ONG se han movilizado como nunca, tardan en organizarse el peritaje de las necesidades y la coordinación entre los distintos sectores que intervienen en el país.

 Sin coordinación, la ayuda será “tragada nuevamente por un gigantesco agujero negro de inercia, de corrupción, de incompetencia”, predijeron en el diario francés La Croix varios sociólogos haitianos.

 En opinión de la citada fuente diplomática francesa, se necesita “un plan estratégico para tres a cinco años, e incluso diez”.

 Un Estado haitiano liberado del endeudamiento tiene que ser el centro del dispositivo, sin puesta bajo tutela, en particular estadounidense, insisten las cancillerías.

 Según la fuente francesa, aunque el “primer rango” de ese Estado (gobierno, alta administración) es “competente”, el rango inmediatamente inferior necesitará el apoyo de asistentes técnicos.

 Los desafíos son complicados: por ejemplo, qué tipo de construcción antisísmica debe adoptarse para la superpoblada ciudad de Puerto Príncipe, o cómo lograr un desplazamiento de población hacia las ciudades de regiones turísticamente prometedoras, como Cabo Haitiano. Un posible efecto perverso de la ayuda podría ser precisamente que los haitianos afluyeran hacia Puerto Príncipe.

 El turismo y la industria agroalimentaria (frutas exóticas) son citados como sectores interesantes para los inversionistas privados. Pero para ello se necesitan garantías de seguridad e infraestructuras.

 El director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Jacques Diouf, señala, por su parte, el cultivo de hortalizas y la seguridad alimentaria, demasiado descuidadas.

 Para hacer coincidir los objetivos, podrían organizarse reuniones preparatorias de la conferencia de Nueva York con las ONG, el sector privado, las entidades públicas extranjeras y la diápora haitiana.

Propone perdonar deuda

PUERTO PRINCIPE. AP. El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva propuso el jueves perdonar la deuda externa haitiana, para ayudar al destruido país caribeño a rehabilitarse ante la comunidad financiera mundial.   “Necesitamos hacer gestiones ante el FMl, ante el BM, para que el mundo perdone la deuda de Haití, expresó Lula.

El Nacional

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