Opinión

Reinado del crimen

Reinado del crimen

Un matutino local publicó en su primera página, una foto que mostraba a un delincuente, revólver en mano, arrancándole una cartera a una niña de apenas 7 u 8 años, durante un atraco perpetrado por cuatro malhechores, montados en motocicletas, a una familia que llegada a su residencia en una jeepeta, en el ensanche Esperilla, un sector de clase media alta, anclado en el polígono central.

Uno se preguntaría: ¿Qué podría llevar de valor una niña en su bolso de algún interés para el atracador? La menor, llena de espanto, quedó enmudecida ante la agresividad del delincuente, quedando marcada por un hecho de violencia criminal, que se repite diariamente en el Gran Santo Domingo, y en algunas localidades, principalmente en Santiago.

El fenómeno de la delincuencia tiene muchas aristas, y su consecuencia se debe a múltiples factores que incluyen, entre otros, la corrupción, la falta de empleos, la ausencia de justicia, la desintegración de la familia y una educación con óptimo rendimiento. Hay teóricos marxistas que señalan que solo una revolución que cambie las estructuras del Estado, podría dar al traste con las calamidades que está sufriendo la sociedad dominicana.

Mientras tanto, se puede apostar a que si bajan los niveles de corrupción, aumenta la tasa de empleos, se fortalece el núcleo familiar, aumenta la calidad del sistema educativo y tenemos una justicia funcional, donde se aplique con rigor el castigo a los culpables de la comisión de hechos punibles, la criminalidad tendrá, inexorablemente, que disminuir en forma sustancial. Nadie puede ser indiferente ante el reinado de la delincuencia.

En su Art. 1.el Código Procesal Penal expresa que la Constitución de la República tendrá primacía sobre esta norma. Realmente, la primacía en esta media isla, la tienen los delincuentes de toda laya, quienes actúan impunemente, de manera reincidente, en actos criminales que sacuden y alarman a los dominicanos de todas las edades, y nos interesa saber quién podrá ponerle el cascabel al gato.

La Carta Magna, prescribe que la libertad es el estado natural de la persona y la prisión es la excepción. La Ley Sustantiva y el Código Procesal son exageradamente garantistas, protegiendo los derechos de los transgresores de la ley, y dejando huérfanas a las víctimas de homicidios, atracos, asaltos, y robos. La última modificación a la normativa procesal se incluyó proporcionarles abogados a los que sufren tales acciones.

El Nacional

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