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Relaciones RD-Washington-Taiwán

Relaciones RD-Washington-Taiwán

La cuestionada pero esencialmente soberana decisión del presidente Danilo Medina de romper relaciones diplomáticas de 70 años con la República de China en Taiwán, el 31 de mayo reciente y establecerla con la República Popular China (RPch), se perfila como de extrema dificultad a mitad del hasta ahora su segundo mandato, y a medio término de la administración del presidente Donald Trump.

Los estrategas de política exterior del presidente Medina, que el suscrito aspira eximir al Canciller Miguel Vargas, soslayaron que el cambio diplomático brusco, no anunciado previo, pero que flotaba en el escenario político vernáculo, concedía ampliar influencia de Pekín en Latinoamérica, que siempre se ha sostenido en el traspatio del imperio, en momentos muy álgidos de disputas entre este y Pekín, en un pulseo cerrado donde se barajan supremacías económicas entre las economías una y dos del planeta.

La condición geográfica nuestra es vital para el imperio, por su cercanía a sus costas, al canal de Panamá, a Puerto Rico, su última colonia, y a Cuba, con quien sostiene un pulseo por 59 años por eliminar el primero y único improntu comunista en el hemisferio Occidental, y su ya evaporado temor a su propagación, en un área vital para sus intereses.

El día seis del mes en curso, los medios de prensa informaron la presentación de cartas credenciales de la empresaria y ahora diplomática a la carrera Robin Berstein al presidente Medina, representante del presidente Donald Trump en nuestro país.

Causó una interrogación del tamaño de RD la noticia que la flamante embajadora Berstein fue llamada a consulta por su mandante, apenas un día después de presentar acreditación al presidente Medina, y el motivo explícito versó en relación al disgusto del presidente Trump por las relaciones diplomáticas rotas con Taipéi y la formalización con Pekín.

En términos idénticos procedió el presidente Trump con sus embajadores en El Salvador y Panamá, anunciando al unísono que procedía a imponer nuevos gravámenes a la manufactura china por US$200 mil millones más, una suma respetable que nuestro país requeriría veinte años de exportaciones.

Conforme a la nueva política exterior del presidente Trump, es fácil discernir que estrena un temario nuevo concerniente a China idéntico a como el gigante asiático estiliza con Taiwán, de no relaciones diplomáticas con ningún país que a su vez la sostenga o pretenda sostenerla, que Pekín define como “provincia de China de ultramar” y “hermanos provocadores”.

Los conocidos nacionalistas de aquí y acullá izarán la bandera de la soberanía y la innegociable autodeterminación de los pueblos consignada en la Carta de San Francisco, empero, son los imperativos económicos, que regulan y definen las relaciones entre los Estados como entre las personas, los que al final deciden por donde y porque se definirán las relaciones.

Empezando que con el imperio, RD concertó un DRF-CAFTA, y es a quien más le vendemos todo lo que exportamos, inclusive azúcar, concediéndonos una cuota fija privilegiada, y a quien más le compramos de todo, y el único que nos obsequia alimentos, medicinas y equipos militares.

La concentración mayor de dominicanos en el exterior reside en Estados Unidos, Islas Vírgenes y Puerto Rico, más de un millón, que remesan unos US$5 mil millones al año, tanto como las exportaciones de zonas francas.

Los ejes más robustos y nodales de la economía dominicana se llaman USA.
Alusivos a El Salvador, miles de menores salvadoreños están separados de sus padres en Estados Unidos conforme a la política de Trump de Cero Tolerancia, en represalia por ingresar indocumentados a su país, una doctrina cruel que recuerda aunque con menos deshumanización, las separaciones de menores a sus padres hacia los hornos crematorios del III Reich.

Panamá es un centro de servicios de su privilegiado canal, y centenares de bancos nutridos en gran proporción por el lavado de activos provenientes del narco, en cuentas bancarias secretas brumosas, que el imperio tiene detalladamente fiscalizado por sus organismos de inteligencia.

Temor ha debido suscitar en el Potomac las versiones no confirmadas de que Pekín planea un inversión colosal para modernizar el puerto de Manzanillo, el de mayor calado del país y el más próximo a Miami, una zona estratégica vital para Washington, que los empresarios agrupados en la Asociación de Industriales Región Norte (AIREN), aspiran el presidente Medina les concesione en paridad a como Tavares Industrial opera el Puerto Multimodal de Caucedo y Villeya el de Haina.

Todo concluye con el vertical raciocinio de que el momento que escogió el presidente Medina romper con Taiwán y formalizar relaciones con Pekín se perfila como el menos propicio y diplomático, considerando los enfrentamientos del presidente Xi Jinping con su homólogo newyorkino, y podría resultar más perjudicial que óptimo para nuestro país, que los días próximos esclarecerán.

El Nacional

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