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¿Renuncia Argentina a las islas Malvinas?

¿Renuncia  Argentina a las islas Malvinas?

Las islas Malvinas, Georgia y Sandwich del Sur son posesiones heredadas por la República Argentina del virreinato español de las Provincias Unidas del Río de la Platal, luego de pronunciarse la independencia de ese gran país de América y el mundo en el Cabildo Abierto del 10 de mayo de 1810, que Gran Bretaña se apropió por la fuerza de las armas en 1833, reclamado por Buenos Aires desde entonces, sin pausas.

En mayo de 1982 ambos países escenificaron un típico casus belli, cundo el presidente faccioso general Leopoldo Fortunato Galtieri dispuso el reclamo por la fuerza de las islas Malvinas, Georgia y Sandwich del Sur, en la que 629 militares argentinos, 224 británicos y tres kelpers (nativos civiles) perdieron la vida en 82 días de combates, un grave desatino del presidente Galtieri por la inferioridad militar porteña frente a Albión, que nunca ha perdido una guerra, pretendiendo ganar un imposible apoyo popular, repelido con presteza por la entonces primera ministra Margaret Tatcher, guerra en la que el dictador Augusto Pinochet ofreció informaciones militares valiosas a Londres, olvidando que el general José de San Martín liberó a su país de España en las batallas de Maipo y Chacabuco.

El fallecido presidente Néstor Kirtchner y su esposa la presidente Cristina Fernández de Kirtchner inflaron como ninguno de sus pariguales la retórica soberanista por el reclamo de las islas.

El presidente Macri orienta su política interna y externa con los parámetros neoliberales, economía de mercado y cortejar a Estados Unidos como aliado financiero primigenio en el diseño de su política exterior, luego con Brasil y México, conforme a su formación de economista y empresario, que integra con su familia, a uno de los grupos económicos principales de su país.

Acudió el presidente Macri al 71 período de sesiones de las Naciones Unidas que se verificó en Nueva York, y al agotar su turno ante el plenario de la máxima tribuna planetaria, entre otros pormenores, se refirió a un “diálogo con Reino Unido para solucionar amigablemente la disputa que tenemos hace dos siglos por las Malvinas. Hemos dado muestras de interés en avanzar en nuestra relación bilateral. Confiamos en que será posible activar una solución definitiva”.

Su retórica suave, más que demostrar enfrentamiento con Londres, se percibe cautelosa, tímida y hasta plañidera, cuando Argentina no pide nada al reclamar como suyas las Malvinas, sino que ha debido insistir en exigir la restauración de las islas al fuero soberano porteño por derecho avalado por la historia, el derecho internacional y las reiteraciones del Comité de Descolonización de las Naciones Unidas.

Previo a la presencia del presidente Macri en la ONU, la canciller porteña Susana Malcorra recibía en la Casa Rosada al vicecanciller británico Alan Duncan, con quien formalizó acuerdos comerciales para eliminar todos los inconvenientes hasta ese momento que impedían a ambos países desarrollos comerciales de pesca, navegación e inclusive, hidrocarburos, en las islas Malvinas, y vuelos comerciales Río Gallegos-Puerto Stanley, acuerdos impensables en gobiernos anteriores.

Reposa en mis archivos la protesta que lideró la presidente Cristina Fernández el 17 de abril de 20l5 en Ushuaia contra las perforaciones petroleras en las Malvinas realizadas por las británicas Premier Oil Falkland & Gas y Rockhopper, donde en su plataforma marina yace un depósito impresionante de más de 60 mil millones de barriles de petróleo, donde más que la profundidad, las barrientes permanentes ventiscas y los subidos impresionantes oleaje han dificultado prospectar y extraer.

Empero, el presidente Macri estrena su política de avenencia con The City, quizás columbrando que con su estrategia sosegada y vinculaciones económicas varias, posibiliten llegar a conciliar un acuerdo en que Albión resigne su usurpado derecho de posesión de las Malvinas, Georgia y Sandwich del Sur, y en el ínterin, formalizar tratados comerciales en varias direcciones con su ancestral antagonista, que cercena una porción histórica de su soberanía.

No de otra manera puede interpretarse el encuentro fortuito de apenas dos minutos entre el presidente Macri y la primera ministra del Reino Unido, Theresa May en un restaurant de Nueva York, sospechosamente arreglada, en que el gobernante porteño dice, y luego negó, que trató la soberanía de las Malvinas, Georgia y Sandwich del Sur con la flamante inquilina del número l0 de Downing Street, y que la canciller Malcorra se apresuró a desmentir, corregir y esclarecer.

La restauración al fuero de Argentina de las islas Malvinas, Georgia y Sandwich del Sur, es un tema innegociable en cuanto a renunciar su reclamo legal avalado por la historia, resoluciones varias del Comité de Descolonización de la ONU que trataré en próxima entrega a El Nacional, acorde al derecho internacional, que unifica y medula el sentir porteño.

En nuestro país formamos el Grupo Malvinas, Jesús María Hernández Sánchez, Fabio Herrera Miniño, Amable Padilla, Pelegrín Castillo Semán y Ubi Rivas, que no ha sido convocado ni una vez por la actual embajadora María Cristina Castro, motivos todos que intitulan este trabajo.

El Nacional

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