Opinión

República Central Dominicana

<P>República Central Dominicana</P>

Abrumadora y fatal argumentación, esta del gobernador del Banco Central, para rebatir la ley de salarios públicos. Uno, que se creía curado de espanto con los resientes eventos políticos, se encuentra ahora  con este primor de iniquidad, huérfana del menor comedimiento y lógica.

 Tratar de demostrar que los fondos y sueldos de este organismo están fuera del control legal y estatal es ofensivo a la sociedad y el resto del aparato oficial a ser regulado por la ley en curso. El Estado somos todos, a no ser que el Bancentral se constituya en una república o protectorado, fuera del orden establecido, como

 Estaremos asistiendo, de ser así, a la instauración de un nuevo Estado, completamente autónomo e independiente. Siguiendo la línea de uno de los voceros autorizados de este feudo,  ni el Presidente ni otras instancias oficiales podrían mover a su gobernador, cuya superioridad se coloca por encima de todos.

 Tales disquisiciones  pueden servir para llevar más allá el punto que busca imponer una camisa de fuerza  al Congreso y el Ejecutivo, so pretexto de una interpretación retorcida de la Constricción. La autonomía no debe ser pretexto para irritantes privilegios. El gobernador del Bancentral tiene que ajustarse al orden legal y económico, asumiendo su condición de  funcionario de un Estado pobre. 

 Si el resto del país, incluyendo al mandatario, los jueces de la Suprema y los congresistas, están obligados, sujeto a tales designios, ¿por qué excluir a otras entidades?  No se puede alegar mayores gastos y status social, superior a los representantes de los tres poderes del Estado.  Ni siquiera el Banco de Reservas puede reclamar privilegios tan desiguales e insultantes,

 Hemos escuchado y leído  alusiones y defensas absurdas, pero esta se lleva la corona. Ni la Constitución de 1947 ni esta del 2010 lo explican, pero bueno en aspiraciones tan extravagantes e interesadas no faltan bocinas. Sobre todo si se trata de una voraz repartición del tesoro público, como es el caso.

 Palabras, palabras, palabras, nunca buenas razones ni motivos. Obras son amores. Si no averigüen cuántos sueldos de un sargento de la policía o de un empleado de tercera categoría caben en el astronómico sueldo del gobernador de la República Central Dominicana, perdón, quise decir Banco Central de la República Dominicana.

El Nacional

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