La Asociación de Bancos Comerciales (ABA), que tiene intereses que defender, ha calificado de ágiles y oportunas las intervenciones de la Superintendencia de Bancos para preservar la solidez del sistema financiero.

En circunstancias como las actuales el reconocimiento no deja de ser un valioso aporte en función de la confianza en el sistema. Por supuesto que tampoco es para que las autoridades se duerman en sus laureles.

Si hasta ahora la Superintendencia ha sido vigilante al punto de recibir un significativo apoyo, en lo adelante tiene que serlo más todavía.

Esa supervisión, aunque sea su misión, es necesaria para que el sistema financiero mantenga los niveles de confianza y solidez que ha podido alcanzar, porque va en beneficio de los agentes económicos y de toda la población.

De ahí su trascendencia. Como la ABA no se va a exponer a hacer falsas evaluaciones, los avances que cita con las medidas que se han tomado para prevenir riesgos son más que alentadores.