Semana

REVOLUCIÓN CUBANA

REVOLUCIÓN CUBANA

¿Absolverá la historia a Fidel Castro?

El día 13 de este mes de agosto el líder supremo indiscutible de la revolución cubana, comandante Fidel Castro Ruz cumplió la provecta edad de 90 años, con 57 años en el poder, no obstante “retirarse” en el 2006, afectado por una misteriosa dolencia, conserva su barba original que prometió rasurar cuando culminara el proceso revolucionario, y la gran incógnita no es cuando se desmaterializará, sino si en verdad la historia lo absolverá.

Eso de “retirarse”, los dominicanos conocemos la fragilidad del enunciado en la cosmovisión de los dictadores, cuando recordamos las veces que por circunstancias foráneas, acontecieron “retiradas” del generalísimo Rafael Leónidas Trujillo, pero conocíamos que el vivaque del poder lo detentaba “El Jefe”.

El comandante Fidel Castro está “retirado” del ajetreo administrativo de la revolución, pero las normas las dicta desde su aparente apacible “retiro” al que muy exclusivos accesan. La prueba es que el glasnot prospera como suero de miel de abejas, porque el comandante se aferra a un pretérito que el trepidar de las circunstancias desbordan y que la rígida ortodoxia no admite, como aconteció con la URSS en 1991, en la China de Deng Xiao-ping en 1989 con la consigna de “Una China, dos sistemas”, que la catapultó a la segunda economía planetaria; con Vietnam con la idéntica filosofía y resultados suculentos; con la colapsada sociedad tribal de la Albania de Enver Hoxa, y falta la tiranía hereditaria de Corea del Sur, saturada de atrasos y hambrunas.

A sus 90 años, con las experiencias terribles de la cárcel que por 22 meses fue recluido luego del fallido asalto al cuartel Moncada en Santiago de Cuba, provincia de Oriente el 26 de julio de 1953 contando apenas 27 años: el exilio de 36 meses en México donde el general republicano español Alberto Bayo lo entrenó en tácticas guerrilleras; el Granma y el desembarco el 2 de diciembre de 1956 en Los Cayuelos, Oriente, con 82 guerrilleros, muertos 70 , el segundo revés en Alegría del Pío, y escalar con 13 guerrilleros las estribaciones del pico Turquino de la Sierra Maestra por 36 meses para derrocar al dictador Fulgencio Batista, y luego el trayecto áspero, cuajado de peligros de estrenar el primer gobierno comunista de América, a 90 millas del imperio, que desató una cacería impiadosa de la CIA por centenares de intentos de asesinarlo, usando dobles y durmiendo en varias casas a la vez por noche, conllevan consecuencias aplastantes para la salud de un ser humano.

Temerario, valiente, decidido, osado, porfiado, talentoso, orador maratónico, recio en sus convicciones revolucionarias indeclinables, apenas iniciado su proceso revolucionario comunista, en 1961, se declara marxista-leninista y rompe relaciones con el imperio, nacionalizando sus bienes y de todos, inclusive el imperio azucarero de Julio Lobo y ronero de Bacardí, sin compensaciones.

La trama de la CIA de Playa Girón y Bahía de Cochinos no solo constituyó un triunfo militar de la revolución, sino que le afianzó en el poder, y asesorado por la entonces URSS, organizó con la experiencia de la KGB el método de caliesaje del Comité de Defensa de la Revolución.

Hasta el caso cubano, los dirigentes marxistas provenían de familias modestas, pero en esta vez, Fidel Castro provenía de una familia acaudalada dueña de ingenios azucareros en su provincia natal de Oriente, que su padre Ramón usufructuaba, enviando a sus hijos a estudiar en el Colegio de Jesuitas de Belén, en La Habana, es decir, que Fidel y Raúl eran oligarcas que renunciaron a sus privilegios de alta clase social para involucrarse en el proceso de una revolución, y para más señas, comunista, un precedente inimitado hasta hoy.

En el aniversario de sus 90 años, fue divulgada una foto suya junto a su inmaduro básiga venezolano Nicolás Maduro, segunda nodriza de la revolución cubana como lo fue hasta su colapso la URSS, donde luce gravemente lacerado por el paso del tiempo., que “Pasa, pisa y pesa”, con el arco delator de insuficiencia de calcio en su espalda, con un atuendo de enfermo, no con el uniforme verde oliva que protagonizó todo los episodios de Sierra Maestra y los maratónicos discursos de hasta seis horas, pero con su pertinaz barba, demostración que el proceso revolucionario no ha concluido.

Luego de 57 años no concluyen los racionamientos de todos los requerimientos esenciales de la cotidianidad, que la revolución justifica porque a nadie le falta lo esencial, pero en ese reñir entre la filosofía revolucionaria y la praxis, la sociedad cubana no dispone de albedrío para adquirir bienes de confort, un televisor, un refrigerador, un aire acondicionado, porque no hay capítulo para lo que la revolución estima aspiraciones burguesas.

Pero la negación de esas aspiraciones burguesas protagonizan la deficiencia en la producción agropecuaria empezando por la azucarera, menos de tres millones de toneladas de ocho millones que dejó el dictador Fulgencio Batista.

Periodistas, escritores e historiadores como Hugh Thomas (tres tomos); Tad Zulc del The Washington Post; Georgie Anne Geyer; K. S. Karol; la alemana Marita Lorenz que fue su amante; Ignacio Ramonet; Vladimir Ramírez; Norberto Fuentes; Orianna Falacci y Claudia Furiati, escribieron libros y entrevistas con el revolucionario más notable americano del siglo XX, y más allá, que los dominicanos agradecidos respetamos por su participación en Cayo Confites y apoyar la triple expedición del 14 y 19 de junio de 1959, que abrió el surco de la conciencia política y forjó el alba de la disensión en mi generación. Gracias por siempre, egregio comandante.

En un replay mental, en su “retiro”, el comandante visualiza la singladura de su epopeya revolucionaria: el nacimiento opulento en Birán el 13 de agosto de 1916; el Colegio de Belén; la Universidad; Gerardo Machado; Fulgencio Batista; el Moncada y la prisión; el entrenamiento en México; desembarco del Granma en Los Cayuelos el 2 de diciembre de 1956, en Oriente y muertos 70 de 83 expedicionarios; segunda derrota en Alegría de Pío cinco días después; escalar Sierra Maestra y su entrevista allí con Herbert L. Mattews, del The New York Times; segundo frente de El Escambray.

El ingreso triunfal a La Habana el 8 de enero de 1959; la porfía con el imperio y con el generalísimo Trujillo; Haydée Santamaria; Celia Sánchez; Vilma Espín; Camilo Cienfuegos; Ché Guevara; su porfía con el imperio y con el generalísimo Trujillo; bahía de Cochinos y Playa Girón; los paredones con Henry Morgan y el general Antonio Ochoa incluidos; Angola; Congo y Patricio Lumumba; Ernest Hemingway; las FARC; el Frente Sandinista; Omar Torrijos; Manuel Antonio Noriega; Joaquín Balaguer que lo apoyó; Leonel Fernández que restableció las relaciones diplomáticas; Farabundo Martí; Hugo Chávez, El Mariel, Robert J. Vesco; Gabriel García Márquez; la voladura del La Coubre; centenares de intentos de la CIA de asesinarlo, y en ese tráiler memorioso, auscultar su conciencia de líder excepcional, y monitorear si el catálogo de esfuerzos y sacrificios en realidad valieron la pena y fructificaron conforme al planeamiento original del politburó, y auto cuestionarse ante el inexorable retorno al puerto de origen y al viejo orden perdido: ¿La historia me absolverá?

El Nacional

La Voz de Todos