Si se ridiculizan los políticos, las celebridades, y el sexo, entonces, por qué no mofarse de la religión, sin temor a ser asesinados o agredidos. Acaso no tiene todas las religiones interpretaciones sobre el universo, la procreación y las mujeres, llenas de supersticiones, prejuicios y dogmas, que solo son entendibles cuando son ridiculizadas.
Todavía seguimos conduciéndonos por libros de hace miles de años, que por estar escritos originalmente en hebreo, latín o griego complican enormemente su interpretación. A más de 150 años de haberse expuesto la teoría de la evolución selectiva, todavía se educa a nuestros hijos diciéndoles que el universo se creó en 7 días, y que el responsable de esta creación divina fue en una época Zeus, luego Júpiter, Thor, Dios, Alá, Buda etc.. Por otro lado, las restricciones impuestas en levítico son para que nadie termine salvo.
Las mujeres dentro de la mayoría de las religiones han estado subyugadas, deben ser marianas, obedientes, no opinar, no dirigir, solo parir. En opinión de Santo Thomas de Aquino, “la mujer es un ser endeble y defectuoso”. Por suerte Eva buscó un poco más allá, ya que de lo contrario, los humanos estuviéramos como Adán, “Desnudos debajo de una mata, comiendo manzanas”.
Ser honesto, íntegro y virtuoso no deberían ser acciones conductuales orientadas para recibir un premio o temor a un castigo, sino de la convicción de que somos una de las tantas especies que habitan este planeta y que pasamos un tiempo relativamente corto, por tanto debemos convivir de manera armoniosa y dejar este mundo igual o mejor de como lo encontramos.
Cuál de nuestros políticos se atreve a desafiar estos dogmas…? Duarte lo hizo, fue masón y libre pensador, su excomunión determinó que no volviera a la presidencia, lo mismo le ocurrió a Juan Bosch después de declararse ateo. Afortunadamente, las manifestaciones del pueblo y líderes políticos en Francia, traen un mensaje aleccionador. “Hay que poner coto a la intolerancia religiosa”.
