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Romney y Ryan deben vender ahora sus radicales reformas a los hispanos

Romney y Ryan deben vender ahora sus radicales reformas a los hispanos

WASHINGTON, 1 Set 2012 (AFP) – Con la nominación en el bolsillo, los candidatos republicanos Mitt Romney y Paul Ryan deberán convencer ahora a votantes decisivos en Estados Unidos, empezando por los hispanos, de que sus radicales propuestas de reforma del gasto público pueden beneficiarles.

Estrella del ultraconservador Tea Party, el candidato a la vicepresidencia Ryan es el principal ideólogo del programa económico de su jefe Romney, con recortes de impuestos para todas las capas de la sociedad, incluidos los más ricos, y un cambio fundamental de los programas de salud y de pensiones.

Ryan propone entre otros recortar inmediatamente un 19% del gasto no militar y cortar 810.000 millones de dólares del plan de salud para los más pobres Medicaid, que cubre a la mitad de los niños latinos del país, denunció esta semana la organización La Raza.

Ryan propone también como parte de su programa un recorte de hasta 200.000 plazas en un programa de ayuda educativa para la infancia que data de los años 1960, Head Start. “Más de un tercio de los niños en Head Start son hispanos”, advirtió La Raza en su estudio.

La estrategia de Romney y Ryan, ratificada en sus discursos de aceptación, es pintar los problemas de Estados Unidos, empezando por el déficit, como algo que debe preocupar y unir a todos los ciudadanos.

“Los hispanos tienen las mismas prioridades y preocupaciones de todos los estadounidenses, y eso es la economía, crear trabajos y crear las condiciones para superar el déficit de este gobierno”, declaró a periodistas durante la convención republicana el congresista cubanoestadounidense Mario Díaz Balart.

Pero la tasa de desempleo entre los hispanos es dos puntos más alta (10,3% en julio en lugar del 8,3% de la media nacional), y la tasa de pobreza, de hipotecas impagadas, han devastado a la comunidad desde hace cuatro años.

A falta de brillantes noticias económicas y de una reforma migratoria, el presidente y candidato a la reelección, Barack Obama, tiene en su reforma de la salud su más ambiciosa baza política para la comunidad.

   La reforma sanitaria del presidente demócrata extiende hasta casi universalizar la cobertura médica a toda la población.

Los latinos conceden más importancia a la cobertura médica o a la educación que a la reforma migratoria, según diversos sondeos.

Y los estudios de opinión más completos demuestran que un papel fuerte del Estado en el área sanitaria, al estilo de los países latinoamericanos o de Europa, es una idea que atrae a los hispanos.

Esos programas son esenciales para la comunidad hispana, reconoce Israel Ortega, de la fundación conservadora Heritage. Pero “si no hacemos nada ahora se van a ir a la bancarrota”, advierte.

Ryan propone que el programa de atención médica a los jubilados, Medicare, cambie de ser exclusivamente público a uno en el que los beneficiarios puedan obtener ayudas del Estado para negociar contratos con aseguradoras privadas.

Eso representa un cambio total de filosofía y encarecerá enormemente la cobertura médica, aduce el gobierno Obama.

La reforma no se aplicará a los que tienen más de 55 años, replica la campaña de Romney y Ryan, que curiosamente utiliza los mismos argumentos que Obama cuando logró aprobar su ambiciosa reforma sanitaria: los ciudadanos que no quieran cambiar de modelo no estarán obligados a ello.

Pero la propuesta republicana y la demócrata son sustancialmente diferentes también porque implican otro aspecto central: los impuestos a los más ricos.

El gobierno Obama quiere acabar con los recortes de impuestos para los contribuyentes más acaudalados que promulgó George W. Bush, mientras que Romney y Ryan aseguran que los recortes deben extenderse en realidad a los demás ciudadanos.

El Nacional

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