San Juan, Puerto Rico. En lo que se interpreta aquí en círculos políticos como un “claro desafío” a la Junta de Supervisión Fiscal (JSF), de creación congresional, el gobernador Ricardo Rosselló Nevares rechazó las exigencias del organismo federal, afirmando que no aumentará impuestos a los pobres ni a la clase media y tampoco hará recortes de empleados públicos ni sacrificará el acceso del pueblo a la salud.
Sobre los recortes que se le exigen en el área médica que brinda su administración, Rosselló Nevares, dijo que “no hay ningún líder político en el mundo que se haría responsable de cargar con la culpa de poner en riesgo la vida de tres millones y medio de sus ciudadanos”.
Y en torno a la reducción de las pensiones a miles de servidores públicos en un diez por ciento, respondió a la institución federal “la pobreza no es una opción para la gente que trabajó sin descanso para el gobierno”.
Tampoco aceptó el gobernador cortarle 300 millones de dólares a la Universidad de Puerto Rico.
En una carta de respuesta a una enérgica misiva de la Junta de Supervisión Fiscal, dada a conocer esta semana, el mandatario fue enfático al decir que aunque está de acuerdo en su evaluación sobre la magnitud de la crisis, “nuestra visión es el alto contraste con algunas de sus propuestas, por lo cual esperamos trabajar junto con ustedes”.
