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Rutas alimentarias y subsidios al Metro

Rutas alimentarias y subsidios al Metro

A un año de su puesta en servicio como medio de transporte comercial, el Metro de Santo Domingo no ha cumplido con el objetivo para el que fue construido, debido a la falta de las rutas alimentarias diseñadas en el modelo original, pero olvidadas con el paso del tiempo.

Los constructores estimaron que el Metro transportaría un promedio de 63 millones 875 mil pasajeros al año, pero la realidad es que esa cifra se redujo en apenas 18 millones 250 mil durante el primer año de operación, debido a los inconvenientes de los usuarios para llegar a las estaciones.

Este problema fue advertido por los diseñadores del proyecto, quienes plantearon como la solución más viable la adquisición de 300 autobuses para cubrir las rutas alimentarias, que transportarían los pasajeros desde las estaciones del Metro hasta los destinos finales.

Con esta finalidad fue convocado un concurso a mediado del año 2007, ganado por la empresa Autozama, representante de la marca Mercedes Benz, la que suplió a la Oficina Metropolitana de Transporte de Autobuses (OMSA) una primera partida de 102 unidades, pero ninguna fue incorporada a las rutas alimentarias.

Al parecer, por falta de recursos económicos el Gobierno pospuso la compra de las restantes 198 unidades, incrementando de esta forma el subsidio por pasajero para mantener operando el moderno sistema de transporte.

Un informe de los primero seis meses de operaciones del Metro, dado a conocer por la Oficina de Reordenamiento de Transporte (Opret), establece un promedio diario de 50,642 pasajeros transportados, lo que podría triplicarse en caso de que los usuarios dispongan de rutas alimentadores que no le incrementen el costo del pasaje.

De acuerdo a opiniones de técnicos del sector oficial, avaladas por la empresa Autozama, la incorporación de 200 autobuses en las rutas alimentadoras podría incrementar en 48 millones  al año los usuarios del Metro de Santo Domingo.

Residentes en Sabana Perdida, Punta, Guarícano, Charles de Gaulle, Capotillo, Simón Bolívar, Cristo Rey, Espaillat, Luperón, Villas Agrícolas, Villa Consuelo, no pueden aprovechar las facilidades del Metro, porque desde donde viven a las estaciones más cercanas deben pagar un transporte público, que en la mayoría de los casos los lleva a su destino por el mismo precio.

Mariana Mercedes Díaz, estudiante de medicina en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, quien reside en Cristo Rey, dijo que prefiere abordar una voladora de la ruta 8  que la lleva desde su casa al campus universitario por 20 pesos; pero que en caso de usar el Metro tendría que pagar 15 pesos en un carro público hasta la estación, y luego pagar 20 pesos más en el Metro lo que elevaría el costo de su transporte a 70 pesos (ida y vuelta).

En una situación similar se encuentra el obrero Diógenes Veras, quien vive en Guarícano y trabaja en la Feria, quien también prefiere la “voladora”, porque con un solo pasaje de 20 pesos llega a su destino.

“Para usar el metro tendría que pagar 15 pesos desde mi casa a la estación Peña Gómez y de ahí 20 más en el Metro. Entonces estaría pagando el doble, y lo que yo ganó no me alcanza para eso. El Metro es más bonito y cómodo, pero no puedo pagarlo”, explicó Veras.

El drama de esta dos personas se reproducen en cientos de miles de posibles usuarios del Metro, y técnicamente la única solución viable son las rutas alimentadoras.

En la actualidad la Omsa viene operando con vehículos que agotaron su vida útil, por lo que requieren de altos costos de mantenimiento, mientras que las unidades nuevas sólo requieren de 12 mil pesos mensuales para mantenimiento en los talleres del suplidor.

 “Con las 198 unidades pendientes de la licitación del 2007, la Omsa mejorará su servicio en los centros urbanos y también complementará el papel del Metro de Santo Domingo, tal como lo contempla el plan estratégico del nuevo sistema”, apunta un informe entregado a las autoridades el pasado 30 de enero, en ocasión del primer año de operación del Metro.

 Los técnicos que prepararon el informe entienden que el mejoramiento de la capacidad operacional de  la Omsa, es la única forma de manejar con eficacia el subsidio a los pasajeros que usan el Metro como medio de transporte. 

Dice que no se puede comparar la vida útil de un autobús que trabaja unas 5 mil  horas al año,  con un vehículo privado  al servicio de un profesional o empleado promedio, ya que este trabaja unas 600 horas al año. Es el caso de los vehículos de la Omsa que trabajan entre 15 y 17 horas diarias bajo condiciones de rodamiento que generalmente no son las más favorables, sobre todo por el mal estado de las vías públicas.

Desde que se puso en operación el Metro varios gremios de choferes y empresarios del transporte abogaron por la puesta en servicio de las líneas alimentadoras, a fin de eficientizar el servicio y contribuir con el ordenamiento del tránsito Norte- Sur del Distrito Nacional..

El Nacional

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