La Iglesia deploró que el Gobierno se haya olvidado de la población descuidando la educación y fomentando la impunidad, la corrupción, la violencia y el tráfico de influencias.
Durante el sermón de las Siete Palabras leído por siete sacerdotes en la Catedral Primada de América consideraron que estos males en los últimos años no han tenido respuestas de las autoridades.
La primera exposición estuvo a cargo del sacerdote Manuel Antonio García, de las parroquia Los Botados y Hato Viejo, de Yamasá, quien parafraseó la expresión Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.
Criticó la falta de control de las autoridades porque no son capaces de tomar medidas, ni siquiera para controlar los vehículos que transitan a altavelocidad por las calles, las músicas en los colmadones y la propaganda sin regulación.
La segunda palabra; Hoy estarás conmigo en el paraíso fue pronunciada por el jesuita Fernando Polanco, quien expresó que mucha gente está confundida, que entran al mundo del narcotráfico y la corrupción en busca de paraísos ficticios, contrario a las causas que dieron muerte a Jesús.
En la tercera, Mujer, ahí tienes a tu hijo, pronunciada por Manuel Masa, éste interpretó que muchas mujeres y niñas tienen que enfrentar la realidad trabajando fuerte y buscando agua en la cabeza para preparar los alimentos a sus hijos; mientras otras como Sonia Marmolejos son heroínas porque se trasladó al hospital Darío Contreras para amamantar niños haitianos que habían perdido a sus padres víctimas del terremoto del 12 de enero.
La cuarta palabra, Dios mío, Dios mío por qué me has abandonado fue pronunciada por monseñor Ramón Benito Angeles, de la parroquia de Gazcue, quien analizó que así como Dios clamó en la cruz de esa misma manera deberían unificarse todas las comunidades para enfrentar los corruptos, corruptores y manipuladores de los pobres y reducir la cantidad de niños sin escuelas ni educación formal.
La quinta palabra, Tengo sed, fue interpretada por Modesto Arias Florentino, vicario de la parroquia Nuestra Señora de la Candelaria de Sabana Grande de Boyá, quien comentó de la misma manera que Cristo clamó que tenía sed, la población demanda acciones contra el narcotráfico, porque corroe todos los niveles.
La sexta palabra, Todo está consumado fue comentada por el padre Faustino Burgos, quien dijo que esta frase refeja lo que ha sido la vida de Jesús y se puede calificar como una expresión en defensa de la vida, para que todas las personas asuman el compromiso de actuar contra la corrupción y preservar la nación de los enemigos que buscan socavarla y destruirla.
La séptima palabra, Padre, sen tus manos encomiendo mi espíritu, comentada por el diácono Santiago José Lebrón Jiménez, de la parroquia de Los Frailes, dijo que cada vez que un ciudadano es olvidado o un enfermo pide atención en los hospitales y no es escuchado están encomendando el espíritu como lo hizo Jesús. Dijo que la población ante tantas muertes inocentes víctimas de la delincuencia.