Muchos de nosotros presuponemos la heterosexualidad de nuestros relacionados, desconociendo que hasta un 10% de la población es, o alberga sentimientos homosexuales. El “bulling” en las escuelas, chistes homofóbicos, burlas, reprimendas, y violencia doméstica, es lo que a menudo sufren nuestros hijos, hermanos, padres, amigos y relacionados.
Si te habrás dado cuenta, son las mismas personas a las que también amamos.
La homosexualidad no es algo que la persona escoge, sino que se descubre.
El hecho que sean personas diferentes, no es ninguna razón válida para discriminar y estigmatizar. A través de la historia hemos visto que muchos prohombres han sido homosexuales. Algunos padres piensan erróneamente que fracasaron en la crianza de sus hijos, otros por el peso de la homofobia prefieren ocultarlo, o enviarlos al psiquiatra a las llamadas terapias reparadoras, que resultan ser solo un fiasco.
“Salir del closet” es decir, reconocer y hacer público la verdadera sexualidad, es una decisión valiente, ya que puede conducir a una ruptura familiar y al rechazo público. Es un momento de gran confusión y estrés. Afortunadamente las madres son las primeras en brindar apoyo, bajo el entendido de que los hijos hay que quererlos como son y no por lo que uno quiere que sean.
Para la población LGBT, el closet es una jaula de oro que protege a quienes quieren evitar las consecuencias de la homofobia. Se puede vivir en el armario, muchos lo hacen, pero no compensa. “A veces, la mejor manera de superar una situación difícil es contándola”.
Las observaciones indican que a largo plazo son más felices que si tratan de ocultarlo.
Hoy 28 de junio, es el día internacional del orgullo gay, conmemoración que inició con los disturbios en NY en 1969. El día domingo 5 de julio se realizará la tradicional caravana, manifestación a la que todos debemos respaldar o asitir.
