Opinión

Sánchez, padre de la patria

Sánchez, padre de la patria

“Cuando escuchen el nombre de Juan Pablo Duarte, persígnense, pero cuando escuchen el nombre de Francisco del Rosario Sánchez, arrodíllense”, decía a sus nietos don Virgilio -Cucho- Álvarez, ciudadano descendiente de restauradores. En un día como mañana sábado nació Francisco del Rosario Sánchez, padre de la patria, junto a Duarte y Mella,  en Santo Domingo, en 1817, y muere fusilado junto a otros 20 compañeros, el 4 de julio de 1861 por combatir la oprobiosa anexión de la República a la España de entonces. Es el único de los padres que fuera ejecutado vil y salvajemente.

Por ahora, nos limitaremos a señalar algunas de tantas opiniones, criterios, conceptos de intelectuales, historiadores, patriotas, sustentos biográficos sobre su vida, valentía y el patriotismo hecho hombre que Sánchez simboliza.

 Don Félix Mariano Lluberes, febrerista y patriota, proclamó: “Debe constar, para más gloria de este hombre insigne, que los colores y forma de nuestro glorioso pabellón, es obra suya, y el propio Sánchez escribió 17 años después en su manifiesto de enero 1861, al pronunciar: “Más, si la maledicencia buscare pretexto para mancillar mi conducta, responderéis a cualquier precio diciendo en alta voz, aunque sin jactancia, que soy la bandera dominicana.”

Sánchez, afirmamos, fue golpeado en su dignidad patriótica por intereses y antagonismos políticos, y su historia verdadera en su justa dimensión hay que continuar escribiéndola y ser conocida por las presentes y futuras generaciones.

El intelectual y amigo doctor Rudy Grullón, en su obra Apuntes Biográficos de los Padres de la Patria, refiere: “La masacre de Sánchez  y sus compañeros, alcanzó un grado de atrocidad, que el brigadier español Peláez la calificó de una escena sanguinaria, digna tan solo de un pueblo bárbaro, Sánchez murió con la frente en alto”.

Don Francisco Henríquez y Carvajal expresa: “Duarte, refiriéndose a Sánchez, habla de su muy querido amigo, Pina y Pérez lo califican como el mejor de sus amigos; es el más acendrado patriota y de su nombre que es inmortal, siendo Sánchez la única persona que, en vida de Duarte, recibiera tan grande honra  de los labios del apóstol, al enterarse de la muerte de Sánchez, Duarte prorrumpe en amarga queja, diciendo: Si ha muerto, todo ha terminado”.

Don Américo Lugo escribe: “Francisco del Rosario Sánchez, fue en verdad, uno de los dominicanos más insignes y uno de los intelectuales de la época, su personalidad es genial, y son las resoluciones supremas que hacen de él, una  el creador de la República, la otra, el más glorioso mártir  de la historia de América”.

La profesora Socorro Sánchez, hermana del patricio, le dice al verdugo Pedro Santana, expulsada de su tierra inmediatamente junto a Balbina, esposa de Sánchez y su sobrino Papi, enviados a Saint Thomas lo siguiente: “Mi tía María Trinidad dio su sangre por la patria; quisiera yo que a mi se me presentara también la ocasión, para abrirme las venas y dar la mía, joven y fuerte por la santa Libertad”. ¡Salve padre de la Patria, tu nombre encarna la eternidad!

El Nacional

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