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Santiago parece una ciudad abandonada

Santiago parece una ciudad abandonada

 

Anteriormente ejemplo de limpieza y educación vial, hoy parece olvidada por las autoridades responsables de mantener su limpieza y orden de calles

RICARDO RODRIGUEZ ROSA
ricardo_rguez@outlook.com

SANTIAGO. Esta ciudad, otrora ejemplo de organización vial, limpieza y buenas condiciones de sus calles céntricas, paulatinamente va perdiendo esos atributos, convirtiéndose poco a poco en una metrópolis aparentemente abandonada a su suerte por las autoridades llamadas a velar por la preservación del mejor de sus aspectos.

El denominado “centro histórico” es prácticamente tierra de nadie, hasta el extremo de que sus arterias, que antes contaban con la presencia de agentes de la Autoridad Metropolitana de Transporte (Ametrasan) hoy esos uniformados casi ya no son vistos en la zona.

Aprovechando la poca vigilancia de esas autoridades, las calles del centro de esta ciudad han sido virtualmente tomadas por los violadores de la ley de tránsito, sin importarles que con ello perjudiquen a los transeúntes y, peor aún, que se produzcan colisiones entre vehículos.

Se ha tornado en algo normal ver el desplazamiento de vehículos en vías contrarias, incluso en lugares donde físicamente sólo puede circular uno, lo que con frecuencia degenera en taponamientos y discusiones, cuando el conductor que tiene la preferencia reclama su derecho.

Esa situación es común en la calle General Cabrera, entre la Sánchez y la Mella, donde el tránsito vehicular es de una vía, de oeste a este. Sin embargo, muchos conductores se desplazan por allí en dirección contraria, a sabiendas de que lo hacen de manera incorrecta.

De ese desorden también se aprovechan motoristas, motociclistas y vendedores de frutas, estos últimos que las acarrean sobre carretillas que impiden el desplazamiento normal de los vehículos que van en las direcciones correctas.

El estacionamiento de automóviles sobre las aceras se torna algo normal en el centro de la ciudad, lo que va en perjuicio de quienes se ven en la necesidad de caminar por esas calles.

En la zona está ubicado el local donde funciona la asociación que agrupa a los no videntes de esta ciudad, por lo que es frecuente observar algunos de ellos caminar por allí y encontrarse con que tienen que hacerlo por el medio de las calles, en vista de que el área reservada para los peatones está ocupada por vehículos.

De esa situación son víctimas las personas que no tienen limitaciones visuales de esa naturaleza, quienes también tienen que utilizar las calles para caminar, a veces incluso llevando de las manos a menores.

A la impiedad de los propietarios de esos vehículos se agrega el hecho de que es común encontrarse con negocios improvisados en las aceras y las calles, propiedad de “padres de familia” que no son obligados por las autoridades a respetar esas áreas, actitud que evidentemente incentiva a otros para apropiarse de esas áreas comunes.

Puestos de frutas, comidas rápidas, paleteras, reparadores de relojes y vendedores de accesorios para celulares, son parte de la cotidianidad en esa zona, la más frecuentada por turistas extranjeros.

En la calle Del Sol, principal arteria comercial, en la zona del centro de la ciudad, la cotidianidad da la impresión de que ha sido abandonada. A pesar de que se han colocado señales de tránsito que prohiben el estacionamiento de vehículos, los conductores no les hacen caso, hasta el extremo que violan la ley justamente debajo de las advertencias.

A las personas que por diferentes motivos tienen que transitar o visitar el denominado “centro histórico” les resulta inconcebible que, siendo ese lugar el más neurálgico, por la gran cantidad de vehículos que a diario se desplazan por allí, desde hace algunos días es casi nula presencia agentes de Amet.

A ese virtual abandono se suma el hecho de que el pavimento de las vías del centro de la ciudad muestra hoyos y tumoraciones que se suman para dificultar más la circulación.

El Nacional

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