Opinión

Satisfacción de padre

Satisfacción de padre

 Después de pasar algunos meses memorizando pinceladas de nuestros patricios, quiero agradecer a quienes me felicitaron generosamente, incluyendo a mi hijo Alberto Taveras Taveras, en nombre de los demás hermanos, enviándome una cartica resaltando cualidades, que solo Duarte tenía, comparándome con cariño de buen hijo, refiriéndose a mi conducta de padre, como humanista, mis avances en mi carrera política habiendo logrado un largo currículum, y mi honradez parecida a la del nuevo Papa. 

Alberto no puede negar que lleva la genética del suscrito. Escribe y produce canciones, poemas y otros que me hicieron llorar, atribuyéndome condiciones, tan relevantes, con sus pocos años; aunque  mi hijo ya tiene dos profesiones, una en el país y otra en Estados Unidos, pero no es político todavía, a pesar de que le preocupa mucho su país. 

 Mi hijo lucha con sus hermanos en negocios, y hemos podido controlarlo en su afán de lanzarse a escribir para los diarios, conscientes de que hay que respirar debajo del agua para no quemarse a destiempo, con tantos temas que hoy nos afectan la conciencia; pero le exhortamos que siga defendiendo el nacionalismo, y más cuando la dignidad se perdió, y el moralismo lo consideran la peor etiqueta.  ¡Qué pena!

 Solo tenemos que ver adonde nos lleva el cuestionado expediente de la Barrick Gold. La empresa logró que se revisara el primer contrato firmado en el gobierno Hipólito Mejía, que ofrecía mejores condiciones para el país, y con prepotencia inaudita, rechaza la justa revisión que nuestro presidente Danilo Medina patrocinó y para colmo se sostiene que hubo envíos irregulares escondidos de minerales que vienen exportando supuestamente sin chequearse; y el último, la semana pasada, incumpliendo nuestra ley. 

Soy un abogado fogueado, modestia aparte, ya que fui ministro, juez y hasta procurador general de la República, y entiendo que los diversos ejemplos que exteriorizó nuestro presidente sobre las revisiones hechas en docenas de países con contratos similares, se han llevado a cabo y no merecemos las amenazas, y más comprobándose hasta envíos amañados.

 Por favor, ya el país despertó.  Así como el petróleo que nos venden tiene unos precios que vienen aniquilando pueblos, a diferencia de Venezuela. Somos un país pequeño pero digno, amigo de los canadienses y de los demás socios en este tranque, pero tenemos que defendernos.

 Finalmente, nos unimos de alma y corazón con la llegada del nuevo papa jesuita, argentino e hispanoamericano, Francisco I, Jorge Mario Bergoglio, quien habló en su primer mensaje papal, en español, congraciándose con Latinoamérica y acentuando su original llegada en nuestro idioma.  Ha sido una de las grandes noticias, por su costumbre de cultivar la sencillez y su entrega a favor de los pobres y de aquellos soldados envueltos en guerras.

El Nacional

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