Opinión

Se impuso lo político

Se impuso lo político

Dada la gravedad de las acusaciones y las características especiales del caso que involucra al senador Félix Bautista, al mismo tiempo secretario de organización del PLD y proclamado como hijo político de Leonel Fernández, ningún otro expediente constituía para el procurador general de la república un desafío mayor para demostrar ante la nación la autenticidad de su lucha contra la corrupción administrativa. Para él, y para el país, ha sido una batalla perdida.

El Magistrado va a perder dos veces. La segunda, será en su vano intento por convencer de que la razón por la cual no continuó el proceso interponiendo el recurso de casación, es su desconfianza en la Suprema Corte. Decir eso es intentar salvarse en términos personales y políticos, en desmedro de una responsabilidad que le resulta ineludible.

Se trata de un argumento insostenible porque el escenario que él describe, al margen de la veracidad de lo expuesto, existía desde el inicio del ejercicio de su acción. Entonces, si su razonamiento fuera válido, lo lógico era no embarcarse en una tarea de resultados tan previsibles.

¿Acaso era necesario esperar tales resultados para saber que el poder judicial dominicano responde más a criterios políticos que a sustentos legales? Lo que él no puede desconocer es que esos criterios políticos son determinados de forma preponderante por el partido al que él pertenece y, en ese sentido, debía saber que se estaba involucrando en un expediente imposible de desvincular de las luchas políticas libradas a lo interno del PLD.

De sus motivaciones ser distintas a esos fundamentos extra jurídicos, debió no asumir ese compromiso. De lo contrario, si eran auténticamente un ideal de justicia, estaba compelido a llevar el caso hasta el final, aun fuere para que se reiterara la naturaleza política que prima en el aparato judicial.

Lo inaceptable es que ahora eluda su complicidad en la trama, porque eso no evitará quedar evidenciado como alguien que se prestó a la utilización de los tribunales con propósitos politiqueros para despojarse del bulto una vez obtenidos los objetivos. Eso no es honesto.

Si su desconfianza en el poder judicial es real, ¿por qué sus actuales acciones contra jueces que van a ser juzgados por ese mismo sistema? Y, lo más importante, qué lo hace permanecer un segundo más en el ejercicio de sus funciones? Francisco Domínguez Brito es una prueba de que la bonhomía y la honradez, no resultan suficientes.

El Nacional

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