Opinión

Se siente

Se siente

Las estadísticas sobre el comportamiento de las cuentas nacionales no pueden ser objeto de severas distorsiones, interpretaciones acomodaticias o maliciosas, porque son verificadas no solo por los órganos reguladores locales, sino también por organizaciones y agencias internacionales.

De nada vale que se afirme o se niegue que ha bajado el circulante o que se atribuya esa situación a una baja inversión, como tampoco es resaltante que se mercadee la especie de que el Índice General de Precios se ha incrementado, reducido o estabilizado.

Los indicadores económicos no solo se consignan en los informes del Banco Central y de otras instituciones reguladoras, sino que también se sienten, se padecen o se disfrutan, según sea el caso en los diversos sectores productivos, así como por los consumidores y usuarios de servicios.

Los datos sobre desempeño de la economía son interpretados según el color del cristal con que se observen, razón por la cual se entienden las contradicciones que afloran entre la representante del Banco Interamericano (BID) y empresarios locales, en torno al comportamiento de la deuda externa dominicana.

Lo que se siente o se ve en las unidades productivas, plazas comerciales, centros laborales o en la familia, no sería posible maquillarlo o desdibujarlo con interpretaciones antojadizas de cifras económicas.

Si hay más o menos circulantes, menos o más inflación o si los estándares actuales de tipo de cambio, tasa de interés y nivel de endeudamiento no se corresponden con la realidad de la economía, corresponde a las autoridades monetarias y financieras tocar el botón rojo o aplicar medidas correctivas o previsoras.

De todo lo que se ha dicho en torno al comportamiento de la economía, lo más resaltante ha sido el anuncio del gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, de que solicitará a la Junta Monetaria que autorice colocar 15 mil millones de pesos del encaje legal bancario para ser prestados a diversos sectores productivos.

El Nacional

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