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Sepultan esta tarde madre Orión Mejía

Sepultan esta tarde madre Orión Mejía

Los restos de la señora María Mejía (Doña Ana), madre del periodista y abogado Orión Mejía, serán sepultados esta tarde durante una ceremonia entre parientes y amigos de la familia, en el cementerio de la avenida Máximo Gómez.

Doña Ana, como le decían sus familiares y cercanos tenía 80 años de edad y además de Orión, había procreado a Belkys, Silvio José y Francisco José Mejía, estos dos últimos, fallecidos.

Desde anoche, cuando sus restos fueron expuestos en la capilla A de la Funeraria Blandino, de la avenida Abrahan Lincoln, desfilaron decenas de políticos, funcionarios gubernamentales, periodistas, jueces y abogados.

Entre quienes acudieron a dar el pésame a la familia Mejía, estuvieron el alcalde de Santo Domingo Norte, René Polanco; el administrador del Banco de Reservas, Simón Lizardo Amézquita, y el director de Aduanas, Enrique Ramírez.

También Aristipo Vidal, José Pérez Modesto, el juez Francisco Ortega Polanco, el vicepresidente de Finjus, Servio Tulio Castaños Guzmán.

Además Daniel Toribio, Roberto Saladín y Cristina Lizardo, entre otros.

La madre del comunicador y abogado, murió la noche del pasado miércoles en el hospital Plaza de la Salud, a causa de un paro cardíaco. Tenía cinco días en la unidad de Cuidados Intensivos de ese centro de salud.
También le sobreviven cinco nietos y siete biznietos.

La señora Mejía, oriunda de San Francisco de Macorís, laboró por más de 30 años en la Gaceta Oficial.
“Mi madre fue una mujer valerosa, trabajadora incansable. Se le recuerda como persona valiente y muy amorosa, que vivió en armonía con su entorno”, así la definió Orión, tras agregar que su progenitora, venció dificultades para educar a sus hijos en los mejores valores y respeto al prójimo.

“Fue una madre ejemplar, tuvo cuatro hijos, dos de los cuales murieron. Siempre estuvo pendiente de sus hijos y ahora, en los últimos años, de sus nietos”, sostuvo Orión.

Llevó una vida en familia, vivía en paz y armonía”, expresó Mejía.

Mientras que Miledys Jiménez, quien se identificó como vecina de doña Ana la definió como una mujer solidaria, capaz de “quitarse la comida de la boca para ayuda a los demás”.

Dijo que la conocía desde hacía más de 50 años y que nunca escuchó quejas de los vecinos: “sólo cosas buenas decían de ella”, sostuvo.

Otra señora, un poco anciana y que era escoltada por dos nietas, no quiso identificarse pero dijo que era su amiga desde cuando jóvenes y que estaba segura que Dios le tenía reservado un lugar especial, porque se trataba de una mujer “fajadora” que supo trabajar duro para levantar su familia.

Afirmó que mujeres de ese tipo no existen ahora, porque le temen al trabajo y descuidan a los hijos, tras afirmar que por eso hay tanta delincuencia.

El Nacional

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