Ramón Rodríguez
Cristóbal Marte erró el tiro
Errar es de humano y rectificar de sabios. Más que un aforismo es una expresión antiquísima empleada por grandes de la intelectualidad: Cicerón, Tito Livio, San Agustín y Séneca el viejo expresaron: ”Errare humanum est, como una clara manifestación de que la equivocación es de nosotros, los humanos.
Claro está, ésto no es una incitación a permanecer o insistir en el error, que es lo que ha hecho el amigo Cristóbal Marte, primero al negar que se presentaron situaciones difíciles que provocaron la renuncia por poco tiempo de Marcos Kwiek, director técnico del seleccionado nacional. de acuerdo a las fuentes que manejó Jacinto Díaz, uno de los periodistas más honestos que he conocido.
Abramos los sentidos, si Brayelin Martínez se mantuvo cobrando “sus servicios” sin jugar para Las Caribeñas”, es prueba de que algo andaba mal. Si el dirigente Cristian Cruz no la usaba, a sabiendas de que era su mejor herramienta, es otra prueba contundente de que “algo olía mal en Dinamarca” para recordar al Hamlet de Shakespeare.
No hay dudas, algunas cosas se fueron de las manos, pero ésto no era óbice para hacer una crisis. Quien le dio carácter de crisis, fue el señor Cristóbal Marte, presidente del Proyecto Nacional de Voleibol Femenino, quien se comunicó vía telefónica con el periodista Jacinto Díaz, usando términos ofensivos e inadecuados, por los cuales tuvo que presentar disculpas. Era fácil decir: “Señor Díaz, es cierto, hubo algunos inconvenientes que resolveremos en el camino, pues el voleibol es una gran familia. Ese era un disparo perfecto, pero Don Cristóbal jugó a la soberbia y su servicio fue tan débil que no pudo cruzar la malla.
El editor de estas páginas deportivas, Don Leo Corporán, dio el visto bueno para que se publicara una carta que le envió Cristóbal Marte, la cual será de triste recordación, pues el presidente del Proyecto de Voleibol Femenino volvió a errar el tiro al expresar en su misiva “en la sección deportiva del periódico El Nacional, bajo tu dirección, se publica en esta fecha una información falaz, cargada de especulaciones, cuyo único propósito parece ser el de causar daño a la selección nacional.
Caray, qué rápido olvidó Don Cristóbal que desde estas mismas páginas se le ha reconocido su trayectoria y no han faltado las loas a los logros de nuestras reinas y princesas.
En algo coincidimos plenamente con este dominicano que ha alcanzado un liderazgo internacional en el voleibol, y es cuando señala en su misiva: “No pretendo ofrecer una lección de ética al señor Díaz”. Ahí le concedo toda la razón señor Cristóbal. Ni usted ni nadie está en condición de dar lecciones de ética a un periodista como Jacinto Díaz, cuya trayectoria profesional ha sido límpida como cualquier tarde de verano.
Las páginas deportivas de El Nacional le concedieron su derecho a respuesta como se decía en el siglo XIX. Más temprano que tarde la verdad saldrá a flote y entonces yo espero que usted sea más certero en su disparo.
