Procurador y La Barranquita

Caray, es duro admitir que después de haber pasado 64 años de la muerte del gran jurista e historiador dominicano Don Américo Lugo, el pensamiento del autor de “A punto Largo” se mantiene vigente, cuando aseveraba lo difícil que se le hacía a la República Dominicana dejar de ser un país, para convertirse en Nación.

El caso de usurpación de los terrenos del complejo deportivo “La Barranquita”, escenario de los juegos centroamericanos y del Caribe en el año de 1986, es una muestra de que en este país no se le da seguimiento a los temas de interés nacional. Incluso, muchas veces son usados como elemento de distracción pública.

Es muy reciente para

olvidar las luchas que libró Jaime David Fernández Mirabal, pasado ministro de Deportes, para lograr un fallo favorable que ordenara la ejecución de la fuerza pública para desalojar a los invasores de La Barranquita. El ex procurador general Francisco Domínguez Brito prometió resolver el problema, pero el viento se llevó sus palabras. Pareciera, como si los usurpadores de la Barranquita, en su abierto desafío a las autoridades dominicanas, hicieran suya la frase del Monarca francés, Luis X1V: “L´ État c´est moi”. “El Estado soy yo”.

Es innegable que esas instalaciones fueron abandonadas. No se valoró la inversión del Estado dominicano. Ahora bien, eso no les da a nadie derecho de propiedad. Pienso que el jefe del Ministerio Público, el procurador Jean Alain Rodríguez, tiene un buen campo de acción para hacer prevalecer la fuerza del Estado.

En términos jurídicos, Santiago tiene todas las estructuras legales para detener esa burla en pleno siglo 21. El alcalde Abel Martínez Durán, quien además es abogado, tiene el liderazgo regional para motorizar las fuerzas vivas de Santiago y revivir un expediente que Jaime David empujó con valentía y decisión.

En cuanto al nuevo ministro de Deportes, Danilo Díaz, pienso que no debe desfocalizarse en su prioridad, que es el Pacto Nacional por el Deporte que integrará a los Ministerios de Educación y Cultura en la búsqueda de una revolución en el deporte

a nivel nacional. El Ministerio de Deportes ha jugado su rol. Si algo pudiera hacer Danilo Díaz, es poner a disposición el expediente que manejó Jaime David, que debe contener los nombres de los intrusos
de La Barranquita.

Favorezco, al igual que Leo Corporán, defensor desde hace décadas del rescate de esas instalaciones, el uso de la fuerza pública.
Mientras tanto, algunas preguntas son necesarias: ¿Cuáles fuerzas tan poderosas han impedido el uso de la fuerza pública? ¿Cuáles son los nombres de los intrusos? ¿Es cierto que hay algunos ricos? ¿Qué ha pasado con algunas personalidades de Santiago, que han guardado silencio? ¿Y por qué el movimiento deportivo de Santiago, tan aguerrido para otras cosas, en este caso se ha dejado vencer? .

Lo cierto es, que existe un silencio cómplice que sólo lo vence la fuerza pública. Después de 172 años de vida republicana, el Estado no puede ser un hazmerreir y debe hacer prevalecer
su fuerza coercitiva.

POR: Ramón Rodríguez centrodeidiomaswashington@gmail.com