Opinión

Sin ideologías

Sin ideologías

Orlando Gómez Torres

Desde Estados Unidos a República Dominicana el mundo político está viviendo un giro ideológico donde las posturas se ajustan a los discursos y la opinión pública, y donde la vieja batalla de ideas se deja de lado por las conveniencias. Si bien las ideologías nunca pueden ser absolutas y deben aceptar y moldearse a las realidades científicas y demostrables, se torna peligroso cuando estas se doblegan a los miedos temporeros recogidos en encuestas o los fervores momentáneos del populacho.

Las políticas públicas se deben formar en consideración del largo plazo aún si estas buscan alivianar problemas inmediatos, para evitar una gobernanza de parchos. Las ideologías en los partidos políticos permite a los votantes visualizar la imagen de país por el que cada partido apuesta en el futuro, y ayuda a estos a tomar decisiones más informadas al momento de votar por sus representantes.

Hace 3 meses era inaudito pensar que un Congreso de Estados Unidos dominado por Republicanos estaría seriamente considerando ajustes impositivos en las aduanas para la “protección” de su industria local, pero hoy vemos como el partido del libre mercado da la espalda a uno de los valores más característicos de su marca doblegándose al discurso del Presidente Trump.
No muy distinto lo vivimos en República Dominicana, donde el partido fundado por el Profesor Juan Bosch desde su llegada al poder en 1996 y luego en el 2004 en su accionar en el gobierno se ha mostrado mucho más moderado que lo propuesto originalmente en los discursos de su fundador.

Más interesante aún, si vemos el primer gobierno de Leonel Fernández de 1996 y luego en el 2004, las diferencias entre uno y otro son abismales. El primero se caracterizó por sus reformas institucionales y el impulso del Estado regulador en oposición del Estado participante en los mercados, el segundo por su lado no solo abandonó esas reformas sino que profundizó muchas de las contrarreformas iniciadas en el gobierno de Hipólito Mejía.

No muy distintas lucen las diferencias entre el candidato Danilo Medina del 2012 con el Presidente Medina actual. Era llamativo escuchar al entonces candidato promover reformas de mercados en muchos sectores de la industria nacional, especialmente energía, y hoy ver al equipo del actual Presidente atrincherado en el Pacto Eléctrico favoreciendo mayor estatización.

Las ideologías no deben fungir como tótems inviolables y rígidos durante el tiempo, pero los giros inexplicables y los ajustes conforme los políticamente expedito en cada momento deja en incertidumbre a los votantes. Al momento de votar uno lo hace con una expectativa razonable de que obtendrá como gobierno, cuando no existe certidumbre, al final queda preguntarnos por qué estamos votando?

El Nacional

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