Opinión

Sin pan y sin techo

Sin pan y sin techo

Sin pan, sin techo y sin abrigo… Lo que ha acontecido en las comunidades de las regiones Norte y Noroeste de la República Dominicana con las prolongadas y persistentes lluvias registradas es sencillamente triste y sobrecogedor.

Confieso que me entristecí hasta las lágrimas, cuando observé en unos de esos videos que suelen colgarse en las útiles, pero indiscretas redes sociales, una imagen desgarradora de la cual aún no me repongo y que me dejó sin aliento.

Llovieron en mis ojos al ver cómo las aguas de los ríos que están en los predios de Montecristi, Puerto Plata, Santiago, Sánchez Ramírez, Monseñor Nouel, La Vega, María Trinidad Sánchez, Samaná, Duarte, La Altagracia, Hato Mayor, El Seíbo y La Romana, arrasaban con vidas y propiedades de centenares de dominicanos y dominicanas.

Hay que ser de hierro o un témpano de hielo para no enternecerse hasta las lágrimas al ver a nuestros hermanos dominicanos sumidos en unas de las jugadas más crueles del destino, el perder y no tener: Pan, techo ni abrigo.

La ayuda y la atención del Gobierno ha sido buena y oportuna, es verdad, pero a medida que han ido pasando los días y se han ido verificando los daños es evidente que allí falta mucho por hacer y más solidaridad.

Ya son más de tres semanas de lluvias, y sus efectos han dejado una secuela a la fecha de por los menos 11 muertes y pérdidas en infraestructura y agricultura de alrededor de RD$20,000 millones.

Es momento de pedir a los buenos dominicanos y a la comunidad internacional que en los días por venir extiendan aún mas su mano solidaria para devolverle la tranquilidad y dignidad a esas familias hoy golpeadas de manera inmisericorde por la naturaleza.

El Nacional

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