Opinión

Sobeida, como Vivian

Sobeida, como Vivian

Quizás alguien del gobierno experimente pudor por la sucesión de acciones impúdicas ocurridas en torno a la excarcelación  de la reclusa Sobeida Féliz Morel, quien se ha burlado de la justicia y de todo quien tenga un poco de vergüenza en el país.

Que una jueza variara la coerción para favorecerla, no fue suficiente para la dichosa mujer, implicada en el manejo de cuantiosas sumas de dinero de origen no santo.

No fue suficiente. Faltó que el Ministerio Público y la Policía Nacional no dispusieran las acciones necesarias para su vigilancia. Pero ahí no termina la ventura de la ex bailarina.

Migración aumenta la dicha de la “perseguida”, que sale de esta pequeña isla y por el cambio de la letra “z” por “x” en su apellido, puede marchar en paz, bien vestida, perfumada, como una dama.

A esto se agrega la atención dispensada por los medios de comunicación a las fábulas creadas acerca de la hasta poco millonaria secreta, convertida en celebridad.

En algún momento, el Presidente de la República reunió el Estado Mayor de la seguridad nacional, cual caso de guerra o de catástrofe, para reclamar explicación de por qué dejaron escapar a Sobeida Féliz.

De esa reunión surgió la determinación de que  Ministerio Público, Policía, DNCD, DNI y las Fuerzas Armadas coordinaran las “acciones y diligencias necesarias” para localizar a ese ser de otro mundo.

Lo mejor lo prometió la PN: apresarla  en cualquier parte del mundo. De eso han pasado más de treinta días, pero solo quimeras llegan de ella.

 En cualquier nación, o aquí si no hubiéramos llegado a los extremos de indignidad que contemplamos, la fuga o “desaparición” de la dichosa mujer, produciría conmociones en quienes gobiernan. Pero…

Si bien el Gobierno  muestra  tranquilidad pasmosa ante hechos ultrajantes que se producen cotidianamente, el caso Sobeida no deja de ser piedra de escándalo. Pero todo tiene solución. Y más si es para la bienaventurada  poseedora de los 4.6 millones de dólares.

El Poder Ejecutivo que la indulte, como hizo con doña Vivian Lubrano, la de Baninter, que recibió un indulto de sanación sin que sus pies tocaran los umbrales de  la cárcel.

No hay duda,  el decreto No. 487-08   sentó una juri-imprudencia que, como andan las cosas, bien vale repetirse. Para aliviar lo que pueda ser desazón de algunos funcionarios, ahora toca indultar a Sobeida,  como ocurrió con doña Vivian hace un año.

El Nacional

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