Opinión

Sobre la política con el exterior

Sobre la política con el exterior

A partir del 96 del pasado siglo, República Dominicana hace de su política exterior un campo de acción enmarcado en la corriente habida en América Latina precisamente en los últimos veinte años: integración regional, mayor uso de espacios de concertación y el aprovechamiento de los tratados comerciales para motivar la inversión extranjera y la competencia.

Repasando los años transcurridos, el proceso experimentado por nuestro país en la región y más allá de nuestro entorno ha sido positivo, y se ha logrado reconstruir la imagen dominicana, importante para el incremento de la hotelería y el turismo, lo mismo que para atraer capital fresco a un país pequeño en requerimiento de inversiones que permita crear plazas de trabajo.

La selección del fallecido Eduardo Latorre, una lamentable pérdida, expresó un cambio radical de la antigua Secretaría de Relaciones Exterior, convertida hoy en un Ministerio. Igual constituye una nueva visión y concepto el nombramiento de Andrés Navarro, pues si bien es cierto que disponemos de personas de larga experiencia en la Cancillería, no menos cierto es que poquito a poco se nos presenta la necesidad de cambios significativos, en todos los órdenes.

Sin embargo, los presidentes Leonel Fernández y Danilo Medina administran estilos y enfoques que marcan sus diferencias en los objtivos personales e institucionales.

En términos institucionales, Fernández contribuye con el reposicionamiento del país/nación del mismo modo en que satisface necesidades vitales de acercamiento con países prohibidos, tal es la reapertura de las relaciones con Cuba, entre otras naciones del desaparecido campo socialista. Hemos bailado en todas las fiestas, y se ha bailado para ganar más amigos, estrechar relaciones.

Con el presidente Medina, la política con el exterior conserva las relaciones establecidas hasta el momento y siguiendo la misma sistematicidad que el anterior gobierno. Pero marca una diferencia conceptual: respeto a la soberanía nacional y sobre el desarrollo económico e integración regional.

Algunas personas establecen comparaciones entre Fernández y Medina señalando al uno como teórico y al otro como pragmático. Jamás podría verlo de esa manera, pues para analizar a uno y al otro habríamos de conocer sus procedencias y prácticas sociales.

Fernández es abogado, académico en sus orígenes, siempre conocido por su oratoria. El segundo es economista e ingeniero químico, por demás reservado. Uno descansará mucho en el lenguaje, en el discurso, por la propia naturaleza de su oficio, mientras que el otro, por igual causa o razón, será introvertido, analítico, cuidadoso, calculador. La vida y la política la verán de distintas formas.

El Nacional

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