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Sociedad científica logra avances significativos con la nueva tecnología 3D

Sociedad científica logra avances significativos con la nueva tecnología 3D

Impresoras de imágenes en tercera dimensión (3D) que hasta hace poco eran sólo de uso militar e industrial ya están en los mercados domésticos de los países desarrollados  para la innovación del diseño y la fabricación de productos personalizados. Pero quizás, lo más trascendente sea que se revolucionará dentro de un tiempo no muy lejano el área de la medicina, ya que se podrían reproducir tejidos, órganos y hasta huesos en un tiempo relativamente corto y con una precisión casi exacta.

Este tipo de  impresoras tridimensionales  se usan desde hace más de diez años para la realización de prototipos de piezas que luego se quieran fabricar en serie, además son utilizadas para satisfacer las necesidades habituales en los campos del diseño industrial, la ingeniería, la arquitectura y  la educación, entre otros.

Estos modernos aparatos de impresión fueron inventados básicamente para transformar archivos CAD (Programa de diseño asistido por computadora)  en tres dimensiones, en objetos o prototipos reales. De igual manera que una impresora normal realiza la impresión en una hoja de papel de cualquier figura, las impresoras 3D son capaces de dar cuerpo a los diseños que tenemos en nuestra PC con exactitud geométrica a escala real.

En la actualidad y gracias a los bajos costos de producción, nuevos modelos adaptados al campo doméstico, y con precios más asequibles, buscan acercarse al consumidor con la intención de hacer de este tipo de aparato, algo como con las impresoras convencionales que están presentes en  hogares y pequeños negocios según sus necesidades.

Aunque existen diferentes métodos de impresión en tres dimensiones, uno de los más utilizados, por la poca inversión en piezas y velocidad, son las impresoras que permiten crear objetos tridimensionales mediante la superposición de capas de materiales, como plásticos o resinas.  Estos materiales son fundidos o ablandados parar crear las diferentes formas según el diseño.

Ya en medicina la empresa norteamericana Organovo, hace pruebas para crear impresoras en 3D (bioimprentas) para en un futuro no muy lejano reproducir tejidos y órganos usando sólo sus células.

Organovo actualmente colabora con la productora australiana de equipos innovadores Invetech, y su mutua experiencia en la producción de imprentas biológicas ha dado como fruto una impresora 3D de tejidos humanos, que ya fue presentada ante la comunidad científica e incluso recibió el premio en innovación.

Sus inventores aseguran que los doctores del futuro podrán imprimir nuevos vasos sanguíneos y hasta nervios. Actualmente, se prueba  con la reproducción de vasos sanguíneos y pronto estará disponible una impresora de piel artificial, que podría facilitar el tratamiento para las personas quemadas o con enfermedades dermatológicas.

La nueva bioimpresora incluye un software muy intuitivo que permite a los ingenieros construir un modelo en tres dimensiones de los tejidos sobre la pantalla, por ejemplo de un vaso sanguíneo. Una vez diseñado, comienza la impresión con dos cabezales, uno cargado con las células humanas y otro con el hidrogel o matriz que sirve de soporte para la construcción de los tejidos.

Como parte del equipo, un sofisticado sistema de calibración con láser garantiza que cada célula se coloque en la posición correcta. Y en el interior del aparato una cabina con los estándares de bioseguridad logra que los tejidos se mantengan esterilizados.

Pero esto no se detiene aquí, ya que otras  empresas en el área de la biotecnología  se preparan para crear aparatos capaces de la impresión de órganos, tales como vejigas, riñones y válvulas cardíacas, con lo cual no serían necesarios los donantes y a millones de personas se les salvaría la vida.

En la actualidad un grupo de investigadores de la Universidad de Washington, afirma que desarrolló un método para imprimir huesos a partir de un material artificial, pero muy similar al tejido óseo. Para los científicos, estos  experimentos se basaron en el modelo de una impresora 3D para fabricar artículos de metal.

Sin embargo en una información divulgada por el diario digital BBC mundo, un equipo de médicos de Holanda asegura haber sido el primero en trasplantar un hueso hecho en una impresora en tres dimensiones. Se trata de una mandíbula en una mujer de 83 años. El trasplante fue llevado a cabo en junio del año pasado, aunque sólo hasta ahora el hecho salio a la luz pública.

Perfil

Hidrogeles

Son materiales poliméricos entrecruzados en forma de red tridimensional de origen natural o sintético, que se hinchan en contacto con el agua formando materiales blandos y elásticos, y que retienen una fracción significativa de la misma en su estructura sin disolverse.

El Nacional

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