Opinión

Solicitud a Interior  y Policía

Solicitud a Interior  y Policía

SANTIAGO.- El comercial navideño de la Secretaría de  Interior y Policía nos presenta la mejor de las ocasiones para hacer un análisis de género a la industria dominicana del mercadeo y a la responsabilidad de las instituciones,  gubernamentales o no, en la transmisión de valores positivos a una ciudadanía bombardeada por la propaganda.

Y es que en Interior y Policía se acaba de realizar y publicar una investigación sobre las fuentes de violencias delincuenciales en la República Dominicana que imaginamos tuvo como objetivo diagnosticar para aplicar los correctivos adecuados y sobre todo, para promover imágenes de una dominicanidad sana y recuperada, que pudiera influir para el cambio.

De ahí el estupor por el comercial que muestra a un grupo de mujeres en acciones solidarias de buen vecindario, intercambiando platos de sabores navideños que se unen en un final súper tradicional para decir que “la solidaridad es compartir lo que se tiene y no lo que sobra”, con un mensaje final de “Convivencia sin Violencia, Feliz Navidad”, voceado y escrito al pie de una imagen alienada de mujeres haciendo manitas, como siempre.

Es que no hay necesidad de seguir promoviendo la generosidad femenina en derroche, cuando los resultados de las investigaciones hablan de dominicanos violentos contra otros, sean mujeres, hombres o niños y niñas y contra si mismos, y a las cifras me remito.

Quien ideó el comercial de marras, además de no usar mucho la creatividad, carece de perspectiva de género, preparación que debiera ser exigencia para cualquier labor pública en un país comprometido  a nivel internacional para cambiar a una mentalidad igualitaria; un país que sobrepasa el promedio regional de muertes violentas y  acaba de descubrir, en casi un ciento por ciento, que son homicidios y feminicidios cometidos por hombres. Aunque la mayor responsabilidad del yerro es, sin duda, la de un Ministerio que además de tener como misión velar por el mantenimiento del orden público y la Seguridad Ciudadana de hombres y mujeres, también cuenta con los indicadores de género mínimos y necesarios como para haber realizado un comercial que conmoviera a la delincuencia masculina y no que pusiera otra vez a las mujeres, como amas de casa gentiles y responsables de “las relaciones públicas del hogar en el vecindario”.

Es la proyección de roles dispares, pero siempre “entregadas”, de mujeres obsesionadas por la limpieza; encargadas de la salud y la comida de la familia; esposas  que esperan ansiosas complacer a sus maridos, hombres que saben lo que hay que hacer, comprar,  decidir desde la mecánica a las finanzas, e incluso los electrodomésticos con los que sus esposas prepararán sus deliciosos alimentos; o de jóvenes y voluptuosas mujeres en una variedad de posiciones seductoras cuando conviene motivar el celo “natural” de los masculinos. (Celo: Dícese de la excitación sexual de ciertos animales en el periodo propicio para el apareamiento. Nota al margen: En los masculinos humanos, siempre).

Cualquier propaganda comercial que pretenda educar socio culturalmente para un Estado Dominicano de Derecho Democrático e Inclusivo, tiene que centrarse en nuevos conceptos de masculinidad, capaces de conmover para el cambio hacia la igualdad, de lo contrario se está perdiendo el dinero invertido en fomentar un modelo de hombre dominicano que nos está acabando como sociedad.

Esa responsabilidad de inclusión e igualdad de los géneros que atraviesa cualquier programa,  se justifica porque las dominicanas somos: la mitad de este país; las que más votamos; las que más producimos y trabajamos; las que parimos a la mitad masculina, la criamos y acotejamos; las que más nos enfermamos por la condición de reproductoras; las más castigadas por los sistemas político, económico, social, laboral, etc.; y las que cargamos con el peso de las crisis sociales y culturales, entre otras muchas cosas.

Por lo tanto, nuestra petición a Interior y Policía, y sin minimizar los esfuerzos que habrá puesto en la realización del comercial del caso, es en el sentido de retirarlo y/o modificarlo introduciendo una visión menos mezquina del rol que tenemos las dominicanas, y mostrando a los hombres en acciones de solidaridad con otros hombres y con las mujeres, en cualquier etapa de su vida.

Para eso, se pueden asesorar con la Secretaría de Estado de la Mujer y sus técnicas, que como ministerio a cargo de las políticas de género de nuestro país, les apoyaría sin costo alguno y con la experticia necesaria para que el mensaje navideño produzca efectos positivos a una sociedad que pide a gritos sanidad y mejor calidad de vida.

(susipola@gmail.com)

El Nacional

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