Hace 39 años (cumplidos el 15 de diciembre) de la fundación del Partido de la Liberación Dominicana, organización política que por sus 5 triunfos electorales, se ha erigido como la más exitosa de la historia latinoamericana. Su fundador Juan Bosch, lo concibió como una estructura dialéctica, y así lo ha demostrado ese partido, que ha pasado de ser una organización de cuadros a convertirse en una maquinaria partidaria, que, por los resultados, se convierte en la más grande de todo el Caribe. Algunos quieren enrostrarle al PLD el cambio experimentado, todo eso a pesar de que el mundo ha sufrido mutaciones, al extremo de que las organizaciones radicales no son hoy día ni seña de lo que eran.
Como verbigracia de lo anterior, están la Organización Separatista Vasca ETA, el IRA de Irlanda, el FSLN de Nicaragua, el FMLN de El Salvador, los Tupamaros de Uruguay, que pasaron de la lucha armada a grupos electoreros en sus respectivos países, lo que demuestra los cambios mundiales y el error de los críticos aviesos del PLD, que utilizan argumentos pueriles y subjetivos como arma política.
Es indiscutible que la dirección del PLD ha sabido mantenerse unida, y esa unidad es una de las claves de su éxito. Igualmente, las ejecutorias de sus gobiernos son otro tanto a favor del PLD, y las mismas han desarrollado a la sociedad dominicana, todo esto a pesar de la crisis económica mundial, que impide profundizar las políticas de rostro humano que disminuyen la pobreza.
Si el PLD se mantiene cohesionado y evita la división como hasta ahora lo ha hecho, su permanencia en el gobierno será por mucho tiempo. De lo contrario, al PLD lo sacará del poder el mismo PLD.