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Soluciones de emergencia

Soluciones de emergencia

Los problemas del sistema eléctrico dominicano siempre están sobre el tapete, razón por la cual consideramos que es bueno que se debatan a todos los niveles.

Sin embargo, muchos nos sentimos pesimistas, pues tenemos 50 años sufriendo de un problema grave, sobre el que  las autoridades de ayer y de hoy  anuncian soluciones a corto plazo, lo que es realmente imposible, si se toma en cuenta que siempre hemos tenido más de un treinta por ciento de una demanda insatisfecha.

Las anunciadas soluciones siempre despiertan suspicacia, porque muchos creen que se trata de verdaderos “torpedos propagandísticos” para  que el pueblo asuma una actitud conformista frente a los apagones.

La construcción de una planta de carbón, por ejemplo, tarda unos cuatro o cinco años, pues no están disponibles como si fuera a comprarse algo a un supermercado. Hay que diseñarla, construirla e instalarla, mientras la población continúa en crecimiento y el desarrollo industrial permanece limitado en su expansión.

Este no es el único problema de emergencia que tiene el país. Hay otro que afecta mayormente a la ciudad de Santo Domingo, que es el suministro de agua potable. Se puede vivir en la oscuridad, pero es imposible vivir sin agua.

Nosotros recordamos que desde hace 28 años se diseñó la Presa de Madrigal, proyecto que fracasó y que fue revisado en el 2002, sin que tampoco gobierno alguno lo haya puesto en marcha.

Este es un momento en que el mercado financiero internacional se interesa en hacer ofertas sobre este tipo de proyectos, que no solamente resolvería un serio problema social, sino que favorecería políticamente al actual gobierno. 

En cuanto a las fuentes de agua para traerla a Santo Domingo, la más cerca está en el río Haina, lo que ratifica el dato histórico de que las grandes ciudades siempre se han levantado a  orillas de uno o más ríos.

Creemos que es necesario agilizar los trámites para hacer uso de los estudios realizados, actualizándolos si es necesario, porque Santo Domingo no puede permanecer con una crisis de agua, que junto a la del suministro de energía mantiene a la población permanentemente irritada.

Esto es inadmisible, porque así como se busca financiamiento para mejorar el suministro de energía, también el gobierno tiene  el deber  de diligenciarlo,  para enfrentar un problema más grave, en este caso la falta de agua.

Sin energía y sin agua, no hay desarrollo. La industrialización de un país depende directamente del uso de sus recursos hídricos, que además hacen promisorio el desarrollo agrícola y satisface las necesidades humanas.

El Nacional

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