¿Qué Pasa?

Sueldos y pacto fiscal

Sueldos y pacto fiscal

El tema de los salarios en la República Dominicana es un ciclo de dimes y diretes cada dos años que nunca llega a ninguna parte. Mientras los sindicatos de trabajadores propugnan por aumentos salariales ejecutados por la virtud de un plumazo, los sindicatos de empleadores insisten en ajustar conforme a inflación para mantener su competitividad, al final ambos en sus intenciones están correctos en sus planteos, para las soluciones que propugnan están mal. Curiosamente la respuesta a las necesidades de todos no esté en reformas al Código Laboral o en resoluciones del Comité de Salarios, sino tomando la partida desde el pacto fiscal.

En la República Dominicana el impuesto sobre la renta en personas morales (empresas) ha estado oscilando con tasas de entre 25% y 29% de reforma fiscal en reforma fiscal. Si bien esa tasa es semejable a las de la región (recordando que nuestros vecinos no son el ejemplo ideal de políticas fiscales que promuevan el desarrollo y la sostenibilidad fiscal), la misma es sensiblemente alta especialmente considerando que la misma se trata de un castigo a la inversión.

La inversión es la base fundamental de la creación de empleos. La única forma en que la calidad de los empleos, y por ende de los salarios, va a registrar una mejoría significativa y, más importante aún, sostenible es atrayendo más inversión y no castigándola. El incentivo generalizado, y no sectorial como hacemos aquí, para atraer inversiones ha sido exactamente la misma base que ha venido sustentando el desarrollo registrado en China, Brasil, Irlanda, Corea del Sur, etc.

El pacto fiscal debe orientarse también a la promoción del empleo para que esto aliente una mejora en la calidad de los salarios. Reducir el impuesto sobre la renta en las personas morales a niveles competitivos a niveles mundiales pudiera provocar un flujo adicional de inversiones que genere esos empleos.

Naturalmente, es insensato pedir al Estado dominicano asumir ese sacrificio sin recibir nada a cambio, por lo que se debe analizar la posibilidad de estratificar más aún el impuesto sobre la renta que pagan las personas físicas, elevándola hasta un tope de 35% para aquellas personas con ingresos que excedan los RD$5 millones de pesos al año, para palear el dinero que inicialmente pudiera dejar de percibir el Estado.

Debemos estar claros que los tan mentados “salarios de miseria” que tanto se cacarean en estos días, están directamente vinculados a la informalidad de nuestra economía y a los pocos incentivos para realizar negocios e invertir a largo plazo en nuestro país. Las soluciones y no soluciones de plumazos no van a cambiar absolutamente nada en ese panorama, sino abordamos el problema desde el enfoque más amplio que realmente tiene.

 

 

 

 

El Nacional

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