Opinión

SUFRAGIO

SUFRAGIO

¿Qué es un elector informado?

 

El voto es el elemento primordial de la democracia. Por esta razón, Pierre Rosanvallon, en su conocida obra La consagración del ciudadano, citando a Guadet, en lo referente a la pregunta: “¿Es razonable poner en la misma balanza el voto de un Rothschild o de un Thiers con el de un barrendero? responde con el razonamiento de Clemenceau: “El principio del sufragio universal no permite ningún compromiso. Otorga el mismo derecho al sabio y al ignorante; lo otorga en virtud del derecho natural”.
La igualdad frente a las urnas es una conquista que, desde que se consagró el sufragio universal, bajo el influjo de la Revolución Francesa, se cumple a cabalidad en todas las democracias.

Ahora de lo que se trata es de propiciar un voto de calidad, para mejorar la democracia, mediante la escogencia de los mejores representantes del pueblo.

En su obra, La democracia posible, Ronald Dworkin, sostiene lo siguiente: “Nuestros candidatos nos hacen sentir vergüenza cuando se aclaran la garganta antes de hablar. Están sometidos a asesores que les dicen que las formas lo son todo y que el contenido no es nada, que deben decir tan poco como sea posible, que deben limitarse a lanzar mensajes subliminales dirigidos secretamente a movilizar a grupos importantes, que un titular impactante en las noticias de la noche es oro político y que cualquier cosa remotamente parecida a un argumento real es mortal”. Se trata de candidatos que manipulan a los electores desinformados, los cuales solo pueden ser combatidos y vencidos por los electores informados, que con sus votos cualificados contribuyen, además, con la integridad de las elecciones.

En ese sentido, la Enciclopedia ACE Electoral Knouledge Netword, considera lo siguiente: “Estar bien informado significa que los electores tienen información adicional de quienes son los candidatos que contienden, así como comprender las obligaciones y responsabilidades civiles y tener suficiente conocimiento sobre la elección y los candidatos, como para hacer una elección informada”.

De acuerdo con Civitas, agrega ACE, “la participación competente y responsable se basa en la reflexión y el conocimiento”. Sin embargo, para que un elector se considere informado no debe estar, bajo ninguna circunstancia, influenciado por otras personas, ni haber recibido información inducida a favor o en contra de los candidatos que participan en la competencia electoral.

El votante informado tiene como sus fuentes principales los medios de comunicación, preferiblemente los más plurales, a través de los cuales debe darle seguimiento al desarrollo de la campaña electoral. La renuencia del liderazgo político a que las propuestas de los candidatos, contrario a lo que acontece en la mayoría de los países de América y Europa, sean sometidas a debate, opera en contra del voto informado.

A pesar de que los partidos han dejado de ser programáticos y, por lo tanto, sus programas de gobierno, no son tomados en serio por los votantes, el elector informado debe empeñarse en conocer sus propuestas básicas.

Cada vez que las encuestas reflejan la baja valoración de los partidos políticos, se manifiesta el desencanto que provocan en los ciudadanos, los candidatos y gobernantes que, a costa de la ignorancia de los electores, han hecho de la hipocresía su fortaleza.

El Nacional

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