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Sufragio

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Los militares y el voto

 

En mayo próximo se cumplirán cuatro décadas desde que don Antonio Guzmán Fernández ascendió al poder y excluyó a los militares de la actividad política.

Con el triunfo del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), en 1978, se inició la tercera ola democrática de América Latina, la cual disminuyó significativamente la influencia del militarismo, que conforme con el Diccionario de Política de Bobbio, Matteucci y Pasquino, significa, concretamente, “control de los militares sobre los civiles”.

No obstante, es justo reconocer que todavía permanecen grabados en la memoria del pueblo dominicano, el nefasto golpe de Estado militar que derrocó al gobierno democrático del profesor Juan Bosch y el protagonismo de las Fuerzas Armadas durante el régimen autoritario de los 12 años del doctor Joaquín Balaguer.

Esta es la razón por la que nuestros políticos han preferido evadir el tema relativo al voto de los militares, a pesar de que desde la referida fecha las Fuerzas Armadas han sido plenamente obedientes al poder civil.

Ni siquiera la Constitución Política del 2010 de Leonel Fernández, la más progresista conforme a sus precursores, tomó en cuenta el voto de los militares y los policías. Por el contrario, la misma mantuvo su prohibición, así como el criterio apartidista de las FF.AA., sin facultad deliberativa, contrario a la inmensa mayoría de las constituciones latinoamericanas que permiten el voto de los militares y policías.

Al margen de los argumentos empleados para mantener la prohibición del voto de los militares y policías, se debe tomar en cuenta que esto convierte, de facto, a los militares y policías, en ciudadanos de segunda categoría, toda vez que por razón de su función y adscripción a un cuerpo armado del Estado, se les priva de un derecho, a la vez deber, básico en una democracia, como lo es el derecho a elegir a las autoridades de gobierno y a participar en los referendos.

Sin embargo, el pasado domingo, en ocasión de la conmemoración de el Día de las Fuerzas Armadas, el ingeniero Hipólito Mejía, presidente de la República en el período 2000-2004, se comprometió a promover, después de las elecciones del 2020, una reforma constitucional que les permita a los militares y policías ejercer el derecho fundamental al sufragio activo.

La trascendental iniciativa del líder del Partido Revolucionario Moderno (PRM), en beneficio de los militares y policías, debe marcar el inicio de una etapa decisiva para el voto de los militares.

Como sostiene el exmandatario en su mensaje, las razones que justificaban que los miembros de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional se mantuvieran impedidos de ejercer el derecho fundamental al sufragio han desaparecido, por lo que en la casi totalidad de países latinoamericanos se ha instituido el voto de los militares y los policías, a tal extremo de que en países como Uruguay se les permite votar en las primarias de los partidos.

Por lo tanto, es tiempo de hacer realidad el derecho de los militares y policías a la igualdad ante las urnas, que como sostiene Pierre Rosanvallon, en su conocida obra “La consagración del ciudadano”, es la primera condición de la democracia.

El Nacional

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