Opinión

Tati y el ébola

Tati y el ébola

Busqué afanosamente, en La Habana, entre los participantes a la cumbre del ALBA contra el ébola, a nuestro Presidente. Ignoraba el episodio de la muerte, de los once niños en el Rober Reid y el cambio de ministros, e ignoraba que Altagracia Guzmán, cariñosamente Tati, había asumido, en tiempos de crisis mundial por el ébola, el Ministerio de Salud.

Respiré aliviada, ya que lo que caracteriza a Tati es no solo su capacidad profesional, sino su sentido de humanidad, y como dice el señor Didaus Jules, director general de la Organización de Estados del Caribed Oriental: “La contención de la enfermedad en cualquier parte del mundo es una responsabilidad humanitaria y moral de todos”.

El ébola se detectó por primera vez en 1976, en Nzara (Sudan) y Yambuku (Congo). La aldea en que se detectó esta cerca del río Ebola, que nombra la enfermedad. El actual brote comenzó en Guinea Conakry, en diciembre del 2013.

Como siempre, Cuba ha asumido el liderazgo mundial contra esta pandemia, reforzando sus 32 brigadas médicas en Africa, con 4,048 colaboradores, de ellos 2,269 médicos. En una conmovedora tradición, mas de 76,000 cubanos han prestado sus servicios de salud en 39 países y Cuba ha formado a 3,392 médicos, en 45 naciones de manera totalmente gratis.

Respondiendo a una solicitud de Ban Ki Moon, y de la Organización Mundial de la Salud, ya partieron las primeras brigadas cubanas a Sierra Leona y Liberia, y por suerte para nosotros, ya se refuerzan esas brigadas en Haití. Por cierto que Martelly, de quien esperamos agilice el papeleo de sus ciudadanos para no aportar argumentos al neo-facismo local, estaba en primera fila, como también lo estaban todos los presidentes de las islas del Caribe inglés, francés y holandés, y desde luego los presidentes del Alba.

Y por suerte, estaba el presidente Maduro, recordando que fue Chávez quien inició la Operación Milagro, mediante la cual tres millones de hombres y mujeres de nuestra América han recuperado su derecho a ver, un derecho que nadie conocía ni reconocía. ¿Por que nuestros ciegos no se beneficiaron de esa iniciativa? es algo que debemos preguntarle a Leonel Fernández.

Sé que Tati, a quien le interesa la salud del pueblo, no estar bien con Dios y con el Diablo, sabrá reorientarnos hacia el ALBA y hacia el bloque caribeño, para como decía el siempre querido precursor Hugo Chávez: “Hacer de la salud de nuestra América un escenario para la unión, donde haya la mayor voluntad para enfrentar juntos los nuevos desafíos”.

El ébola es el mas terrible de los virus. La improvisación el peor de nuestros males. Confiamos en Tati y estamos a sus ordenes.

El Nacional

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