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TE ENTERASTE

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Rojas Alou recibió elogios de destacados jugadores de ayer y de hoy por sus hazañas en el béisbol y por ser un hombre de bien

¡Adiós a un grande!

Falleció Mateo Rojas Alou, un buen amigo.

Mateíto ha sido uno de los más extraordinarios jardineros de todos los tiempos en el país.

 Ha sido una leyenda en el béisbol de aquí y de allá.

Fui un admirador de Mateo por su forma de ser: humilde, sencillo y siempre atento.

 Conversaba mucho con Mateíto sobre la forma de fildear con esa elegancia que será muy difícil de imitar.

Los grandes técnicos del béisbol siempre estaban en una disputa para establecer  cuál era el mejor entre Manuel Mota y Mateo Rojas Alou.

Era una discusión interminable entre niños, jóvenes y adultos.

Nunca se ha determinado cuál en realidad fue el mejor.

Los dos fueron grandes luminarias de las Grandes Ligas y en otros escenarios internacionales.

Gran ser humano

Mateíto era un hombre de bien.

Asistí anoche a la funeraria Blandino y allí abracé y ofrecí mis condolencias a los amigos Felipe, Jesús y Moisés, hermanos y sobrino de Mateíto.

  Hablé con varias personas y todos coincidimos en las virtudes de Mateo y esas grandes atrapadas que realizó para deleitar a los amantes del béisbol y, en  especial, a los seguidores de los Leones del Escogido.

Hazañas

Muchas fueron sus hazañas, pero se recuerda que fue el primer jugador dominicano en conseguir un título de bateo en las Grandes Ligas con un envidiable promedio de .342.

  Formó parte de la famosa trilogía de los hermanos Alou: Jesús, Mateo y  Felipe, que hizo historia el 15 de septiembre de 1963 al jugar los tres en los jardines con el equipo de los Gigantes de San Francisco, en las Grandes Ligas.

 Toques

Los que vieron a Mateo en acción no podrán nunca olvidar aquellos famosos toques de bola que pasaban al lanzador y se convertían  en hit.

Profundo dolor

La muerte de Mateo ha llevado un profundo dolor a la sociedad dominicana.

Y esa manifestación se puso de manifiesto ayer y anoche con la masiva asistencia a la funeraria en la que se le rindió tributo a ese gigante del béisbol: ¡Adiós Mateíto!

¡Adiós a un grande!

Falleció Mateo Rojas Alou, un buen amigo.

Mateíto ha sido uno de los más extraordinarios jardineros de todos los tiempos en el país.

 Ha sido una leyenda en el béisbol de aquí y de allá.

Fui un admirador de Mateo por su forma de ser: humilde, sencillo y siempre atento.

 Conversaba mucho con Mateíto sobre la forma de fildear con esa elegancia que será muy difícil de imitar.

Los grandes técnicos del béisbol siempre estaban en una disputa para establecer  cuál era el mejor entre Manuel Mota y Mateo Rojas Alou.

Era una discusión interminable entre niños, jóvenes y adultos.

Nunca se ha determinado cuál en realidad fue el mejor.

Los dos fueron grandes luminarias de las Grandes Ligas y en otros escenarios internacionales.

Gran ser humano

Mateíto era un hombre de bien.

Asistí anoche a la funeraria Blandino y allí abracé y ofrecí mis condolencias a los amigos Felipe, Jesús y Moisés, hermanos y sobrino de Mateíto.

  Hablé con varias personas y todos coincidimos en las virtudes de Mateo y esas grandes atrapadas que realizó para deleitar a los amantes del béisbol y, en  especial, a los seguidores de los Leones del Escogido.

Hazañas

Muchas fueron sus hazañas, pero se recuerda que fue el primer jugador dominicano en conseguir un título de bateo en las Grandes Ligas con un envidiable promedio de .342.

  Formó parte de la famosa trilogía de los hermanos Alou: Jesús, Mateo y  Felipe, que hizo historia el 15 de septiembre de 1963 al jugar los tres en los jardines con el equipo de los Gigantes de San Francisco, en las Grandes Ligas.

 Toques

Los que vieron a Mateo en acción no podrán nunca olvidar aquellos famosos toques de bola que pasaban al lanzador y se convertían  en hit.

Profundo dolor

La muerte de Mateo ha llevado un profundo dolor a la sociedad dominicana.

Y esa manifestación se puso de manifiesto ayer y anoche con la masiva asistencia a la funeraria en la que se le rindió tributo a ese gigante del béisbol: ¡Adiós Mateíto!

Hasta mañana, si Dios quiere, dominicanos.

El Nacional

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