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Richelson Peña Amarró a los Leones

 

Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa.”

“Tanto más crece el esfuerzo, cuanto más consideramos la grandeza de lo emprendido
Mahatma Gandhi

 

El lanzador Richelson Peña estuvo magistral.
Lanzó como los grandes.

En el juego crucial que otorgaba el boleto para pasar a la final toleró un sólo hit en siete entradas.
El picher de las Águilas no se amilanó y a pesar de tener solamente tres días descanso, se comportó como un guerrero.

Richelson fue un titán.

Hoy con razón la afición cibaeña lo tiene como el “domador” de Leones y lo coloca en lo más alto del monumento de Santiago.

La labor del serpentinero de los cibaeños fue impresionante.
Nunca permitió libertades y siempre estuvo concentrado, enfocado y con la paciencia de Job.
¡Increíble!
Ni los más reputados técnicos nacionales que siguen día a día el béisbol invernal esperaban que las Águilas vencerían con tanta facilidad a los Leones del Escogido, que la noche del sábado estaban por las nubes, tras vencer por paliza al Licey.

Esos mismos bates calientes fueron enfriados por el serpentinero Richelson Peña, quien estuvo imbateable y con un excelente control que dejó fuera de paso la ofensiva roja.

Algarabía

El Estadio Cibao se vistió de amarillo y en las nueve entradas se escuchaban los gritos, aplausos y algarabía sólo de los seguidores de la escuadra de Santiago, que disputará a partir de mañana la serie final contra los

Tigres.

Los fanáticos de las Águilas gozaron como si hubiesen ganado el campeonato, pues estuvieron
al borde de la muerte.

Los jugadores, directivos, técnicos y fanáticos de los Leones llegaron a Santiago con una tremenda motivación que en principio asustó a los cibaeños.

Eso se desvaneció poco a poco, tras la magistral actuación del serpentinero Peña, quien asumió un control absoluto de la fuerte artillería escarlata.

Los peloteros de las Águilas exhibieron valor y entrega.
Se fajaron y salieron al terreno dispuestos
a “matar” al León.

“El León es duro de Matar”, esa es la consigna de los escogidistas.
Y los cibaeños no creyeron en eso.

No tuvieron piedad con los capitaleños, que querían que la final fuera sin pasar por el peaje.
Las Águilas van al combate y con la misma fiereza. La final se jugará a un 7-4.

Hasta mañana, si Dios quiere, dominicanos.

 

Leo Corporán

Columnista y editor deportivo de El Nacional. Fundador del Club Mauricio Báez.