Desde que comenzó a jugar béisbol invernal dominicano soy un seguidor de Nelson Cruz.
Un muchacho tranquilo, trabajador, no es prepotente, disciplinado y un orientador de los jóvenes prospectos del béisbol y otras disciplinas deportivas.
Nelson es un caballero.
El jardinero de los Rangers de Texas, en las Grandes Ligas, fue una digna representación de la República Dominicana en el Clásico Mundial de Béisbol, en que los quisqueyanos se alzaron con la Copa de campeón.
El guardabosque derecho de los dominicanos enseñó sus grandes cualidades y puso de manifiesto su inteligencia cuando siempre estaba colocado en el lugar ideal por donde bateaban los contrarios.
Es una fiel demostración de que Cruz estudiaba a sus enemigos en el terreno.
Y eso lo hace todavía más estupendo y pone un valor agregado a todas sus condiciones de super atleta.
Los amigos
Tengo varios amigos con los que almuerzo todos los viernes desde hace más de 30 años, reunión que hemos denominado el Club de Los Tobys, y allí coincidimos a unanimidad en que Nelson Cruz es un extraordinario jugador ofensivo y defensivo. Además fue puntal en la victoria del equipo dominicano que puso en alto la patria de Duarte, Sánchez, Mella, Luperón, Manolo y Caamaño.
He conversado en muchas ocasiones con Nelson Cruz y conozco su amor por el juego y que es una persona inteligente, de buen trato y no es egoísta con sus compañeros. Eso lo resalta y lo coloca como una persona noble.
Debemos sentirnos orgullos de compartir la nacionalidad con Nelson Cruz y mucho más, los que tenemos la fortuna de ser sus amigos.
Los numeritos
En los ocho partidos en que el país no perdió un juego, Nelson Cruz bateó para .303 al agotar 33 turnos y disparar 10 imparables.
Conectó 4 dobles, impulsó 6 y anotó 3.
Y su defensa fue impecable. ¡Bien compatriota!
Hasta mañana, si Dios quiere, dominicanos.