Opinión

Teatro judicial

Teatro judicial

Alguien espera justicia en torno a los sobornos de Odebrecht y la enorme sobrevaluación de Punta Catalina? En otros países del continente, en los que también la compañía brasileña ha practicado sobornos a cambio de concesión de obras, ya hay sanciones ejemplarizantes. Pero en todos los casos las investigaciones se realizan por fiscales independientes al Poder Ejecutivo.

Ese no es el caso de la República Dominicana, donde el procurador general de la República es un empleado del gobierno y todas las entrevistas que hace (no interrogatorios), a antiguos funcionarios y a legisladores, constituyen un teatro. ¿Acaso da tanta brega saber quiénes fueron que recibieron los sobornos ascendentes a 92 millones de dólares y el monto de la sobrevaluación de la obsoleta planta a carbón? Hace tiempo que las autoridades disponen de esos datos.

Pero no puede haber voluntad de justicia en un caso en el que los supuestos involucrados son juez y parte simultáneamente. ¿Quién afila cuchillo para su propia garganta? ¿Hay algún precedente judicial en nuestro país de que alguien se haya juzgado a sí mismo? No se conoce un solo caso.

Es un problema de falta de institucionalidad. La República Dominicana, hoy más que nunca, carece de poderes independientes, por lo que las posibilidades de sanción en los delitos criminales en el caso Odebrecht, son nulas. No obstante, el presidente Medina consciente de que los segmentos pensantes de la sociedad dominicana no otorgan crédito a la justicia dominicana, toma la iniciativa de designar una comisión que paralelamente investiga el caso.

En esa comisión hay personas honorables que simplemente aceptaron la designación porque a un presidente no se le hace desprecio, pero no descarto que en su interior expresen ¿para qué diablos me meten en esa vaina? Y los demás miembros de la comisión son personas que reciben beneficios gubernamentales, deben favores y también algunos que cogieron su tajada en ese largo trayecto que viene desde el gobierno de Hipólito Mejía.

Se trata de una comisión que carece de capacidad de sanción, pero por las figuras que involucra —empresarios, líderes eclesiásticos, directores de medios, técnicos y dirigentes de partidos diferentes— tiene la moral de legitimizar el teatro que realiza la Procuraduría General de la República. “Teatro…Lo tuyo es puro teatro…”, dijo La Lupe.

El Nacional

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