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El mal servicio en telecomunicaciones

Ciertamente se trata de una de las grandes paradojas que aquejan a la República Dominicana: estamos a la vanguardia en avances tecnológicos, pero el usuario recibe un servicio que en la mayoría de los casos es caro y de quinta categoría. Lo peor de todo es que a pesar de que las quejas llueven, nadie responde ni hace nada.

Basta con ponerse a leer cualquier blog dominicano, desde el más conocido hasta el más nuevo, para constatar que las quejas sobre las compañías de telecomunicaciones son muy comunes. Es más, si en una reunión de amigos o compañeros de trabajo se toca el tema, lo más probable es que cada participante comente su propia historia de horror.

Aunque Claro-Codetel es quizás sobre la que se tienen mayores quejas, es importante notar que todas, llámese Orange, Tricom, Onemax, Wind o Trilogy, también tienen graves fallas en el servicio. Los problemas van desde personal mal entrenado o rudo hasta desinformaciones e incumplimiento total o parcial de servicio.

La cosa se pone fuerte cuando los fallos son técnicos y por ende se requiere de la visita de un técnico. Lo más probable es que lo dejen esperando o que le manden a un novato que no tiene la menor idea de lo que está buscando, tal como me ocurrió en días pasados con Codetel.

Llamar a estas compañías, sea para pedir información o reportar alguna avería, es toda una odisea. Cada día se hace más difícil dar con una persona física por teléfono, teniendo el usuario que resolver sus inquietudes a través de una máquina que no da ningún tipo de retroalimentación. Peor aún, si el cliente decide ir personalmente al lugar lo más probable es que sea atendido por una persona que la mayoría de las veces está desinformada y/o malhumorada.

El colmo del mal servicio de estas compañías es que siempre llevan las de ganar. En primer lugar, casi todas facturan por adelantado. Lo segundo es que sin importar que el cliente se haya pasado semanas con un servicio deficiente o inexistente, la factura llegará muy puntual, sin variación alguna. Por último, si se decide cancelar un servicio, generalmente por incumplimiento por parte del proveedor, es el usuario quien tiene que recompensar a la empresa con una penalidad. 

A pesar de que el Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (Indotel) cuenta con una unidad de quejas, parece que la misma no da a abasto. Son tantos los abusos que cometen estas empresas contra sus clientes, y tan poca la satisfacción generada, que el mismo Indotel debiera realizar su propia investigación al respecto y cambiar algunas relglas del juego.

actualidad_informatica@yahoo.com

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